Gay de Liébana: «Hay que marcar la X en la casilla de la Iglesia» - Alfa y Omega

Gay de Liébana: «Hay que marcar la X en la casilla de la Iglesia»

El economista José María Gay de Liébana, Profesor Titular de Economía Financiera y Contabilidad de la Universidad de Barcelona, ha participado recientemente en un encuentro de empresarios convocado por La Opinión de Málaga en la Casa Diocesana

Antonio Moreno Ruiz
José María Gay de Liébana. Foto: COPE

¿Pone usted la X a favor de la Iglesia en su declaración de la renta?
Tenemos que poner la X de la renta, forzosamente diría yo. Por el trabajo que realiza la Iglesia Católica y sobre todo porque el esfuerzo económico que hace es dinero que el Estado deja de gastar. Además, hay cosas que no se pueden medir simplemente en términos monetarios, sino en espíritu. Esa actuación altruista que se hace ayudando a gente necesitada y la labor que realiza Cáritas, hace que haya que poner la cruz y remarcarla; y si puede haber dos X, mejor.

El patrimonio histórico y artístico de la Iglesia y las fiestas religiosas suponen un impacto económico para el Estado de casi 32.000 millones de euros al año. ¿Cómo lo valora?
El patrimonio de la Iglesia tiene un rendimiento muy útil para toda la ciudadanía. A eso hay que añadir también que las parroquias son centros de acogimiento, de ayuda, al servicio de los ciudadanos en momentos de crisis como el que estamos viviendo y yo creo que ese patrimonio la Iglesia lo pone en funcionamiento y lo pone al servicio de la sociedad.

¿Qué piensa de la escuela concertada?
Soy un gran amante de la escuela concertada. Creo que es importante, porque tiene que haber siempre un toque privado; porque si no, lo público ya sabemos que tiende a adoctrinar en función de los gobiernos de turno. Es bueno que los jóvenes tengan una cultura rica y que tengan puntos de vista universales, que sean objetivos y esto lo da la escuela concertada. Lo público también funciona bien, pero lo hace sobre todo cuando no hay políticos por medio. Es decir, que sin los políticos funciona genial; pero en el momento en que se politiza, ya eres aleccionador y esto no es bueno.

El Papa Francisco ha abogado por una economía que ponga al ser humano en el centro.
El Papa Francisco es un hombre que suma mucho y es un «director de marketing» impresionante para la Iglesia Católica. Ciertamente este exacerbado ultracapitalismo financiero nos ha devorado. El hombre está hecho por el Señor y es el centro del mundo. No podemos vivir estos desequilibrios que hay. La economía se tendría que construir, no sobre la base del euro ni el dólar ni el yen japonés, sino en función del hombre; pero lamentablemente hay unos intereses que están por encima nuestro, que son los intereses de los grandes poderíos económicos y políticos que devastan al hombre.