«Hacer el amor es mucho más que sexo» - Alfa y Omega

«Hacer el amor es mucho más que sexo»

El mejor argumento a favor de los métodos naturales son los testimonios de matrimonios que describen cómo éstos han ayudado a hacer crecer el amor entre ellos, afirma el padre Alfonso Fernández Benito, sacerdote de Toledo, que fue perito en el Sínodo de la Familia

Ricardo Benjumea

El Sínodo de la familia fue el tema del seminario organizado, el pasado fin de semana, en el Curso de Formación en Matrimonio y Familia, una iniciativa conjunta de las cinco diócesis gallegas. Silleda (provincia de Pontevedra, pero diócesis de Lugo), situada en el centro geográfico de la comunidad, acogió a decenas de personas de toda Galicia vinculadas a la pastoral familiar. Los ponentes fueron el sacerdote de Toledo Alfonso Fernández Benito y el redactor jefe de Alfa y Omega.

El Evangelio enardece el corazón de los hombres, y les capacita para encontrar respuestas a las necesidades de cada época, decía el obispo de Lugo, monseñor Alfonso Carrasco, en una Misa con los participantes. San Cirilo y san Metodio (el sábado se celebraba su festividad) inventaron el alfabeto cirílico en el siglo IX. A finales del siglo XIX, la Iglesia tuvo que dar respuestas ante urgentes problemas en el mundo del trabajo. Hoy –añadía el obispo–, la mayor emergencia está en el ámbito del matrimonio y la familia. Nuevamente –confía–, del Evangelio brotará la respuesta necesaria.

Alfonso Fernández Benito, que participó como perito en el Sínodo Extraordinario de la Familia, habló sobre bioética, y en particular sobre los métodos naturales para la regulación de la natalidad, que describió como «un camino de conversión en el matrimonio». El mejor argumento –afirma– son los testimonios de matrimonios, que describen cómo estos métodos hacen crecer el amor entre los esposos. Los métodos naturales son una ayuda eficaz para tener hijos. O para espaciar los nacimientos, cuando, con la recta intención de cumplir la voluntad de Dios, el matrimonio considera que no es momento para un embrazo.

Regla básica de los métodos naturales es aprender a diferenciar los días fértiles (unas 100 horas por ciclo), de los de baja fertilidad. Su eficacia es cercana al 99 %, pero implican la necesidad de autodominio. «La abstinencia puede ser un acto de amor», afirma el perito. «Como decía Juan Pablo II, nadie que no sea dueño de sí mismo puede entregarse plenamente al otro».

Los matrimonios experimentan con fuerza con los métodos naturales que «hacer el amor es mucho más que sexo. El acto conyugal empieza muchas horas antes, por la mañana, con una palabra amable, con pequeños gestos de cariño…».

¿Cuál es la diferencia? Los métodos naturales están abiertos a la vida, algo que no sucede con la anticoncepción artificial, añade Fernández Benito.

En el Concilio Vaticano II, al abordar el problema del aborto, los Padres conciliares concluyeron que aborto y anticoncepción son como dos peldaños de una misma escalera, con las esterilizaciones como escalón intermedio. Algo similar le ocurre al Beato Pablo VI con la Humanae vitae. Su intención inicial era hablar sólo de la píldora, pero termina abordando también el aborto. En esta encíclica, el Papa Montini descubre que, entre las leyes del amor y las de la vida, no puede haber contradicción. «Hay una gran diferencia moral entre aborto y anticoncepción», pero esta última introduce en una lógica contraria a la vida que termina desembocando en el aborto. De hecho, «allí donde se ha fomentado la anticoncepción, está demostrado que aumenta el aborto», concluye Alfonso Fernández Benito.