Reconciliación y conversión, los dos grandes retos para los jesuitas - Alfa y Omega

Reconciliación y conversión, los dos grandes retos para los jesuitas

Contribuir a la reconciliación «con Dios, entre los hombres y con la creación» pone a los jesuitas «frente al reto de dialogar entre las culturas y las religiones». El otro gran reto para la Compañía de Jesús es «adaptarse a los nuevos tiempos», para lo que se necesita conversión, «tanto personal, como entre nuestras comunidades e instituciones». Estos son los desafíos para la orden jesuita según su superior general, el padre Arturo Sosa

Redacción

Este lunes, celebración de la memoria de san Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, el padre Arturo Sosa, superior general de los jesuitas, ha explicado en Radio Vaticana cuáles son los retos actuales de la orden, nacida en el año 1534.

«Hay una misión, la de la reconciliación, que une tres dimensiones: la reconciliación con Dios, la reconciliación entre los hombres y la reconciliación con la creación». El principal reto para los jesuitas «es sentirnos colaboradores en este proceso». En particular, «discernir dónde Dios está trabajando en este momento en la historia y cómo lo hace, con el fin de ser sus instrumentos y contribuir a lo que Él hace».El superior ha recalcado además que «sin justicia social no puede haber reconciliación, no es posible lograr una vida digna, una vida en libertad»; sin justicia no seremos «capaces de compartir este mundo en paz».

El contribuir a la reconciliación en todas sus dimensiones pone a los jesuitas «frente al reto de aprender a hablar: tiene que haber mucho diálogo entre las culturas y las religiones». En este momento, la Compañía de Jesús «es un cuerpo apostólico multicultural y esto nos permite disponer de esta experiencia de la variedad interna, somos el espejo de la humanidad». Una realidad que, añade el jesuita, «nos pone en la posición de dar el siguiente paso: la interculturalidad, enriquecer nuestra cultura y así abrir el camino a la verdadera universalidad».

El padre Sosa resaltó la importancia del diálogo interreligioso, «porque las religiones juntas pueden ofrecer una gran contribución a la reconciliación entre los seres humanos. Uno de los mayores escándalos el mundo actual es poner a Dios como una parte en un conflicto, porque Dios es el que nos une, es el que nos llama a ser hermanos y hermanas».

El segundo reto es «la adaptación de la Compañía de Jesús a los nuevos tiempos» algo que «comienza con nuestra propia conversión personal y la de nuestra vida comunitaria». Por último, concluyó, «está la conversión de las instituciones, que es la más difícil». Para conseguirlo se necesita «una verdadera capacidad de discernimiento en común. El Papa ya ha invitado a toda la Iglesia al discernimiento».