Muertes injustas provocadas por políticas carentes de humanidad - Alfa y Omega

Muertes injustas provocadas por políticas carentes de humanidad

Según la ONU, cerca de 2.500 personas murieron el año pasado en desiertos y océanos tratando de emigrar para labrarse un futuro mejor. En una Europa con barreras cada vez más altas para detener la llegada de inmigrantes, con leyes que les discriminan o incluso les criminalizan, el Servicio Jesuita a Migrantes hizo público un comunicado el miércoles, Día Internacional del Migrante, invitando a valorar «la aportación que las personas inmigrantes hacen a la sociedad»

Redacción

Las personas inmigrantes «son una parte ya indisoluble de las sociedades española y europea», afirmaba, con motivo del Día Internacional del Migrante, el Servicio Jesuita a Migrantes, que hacía hincapié en «la aportación que las personas migrantes hacen a la sociedad». «Somos testigos de decenas de pequeñas grandes historias de dignidad, sacrificio, solidaridad, aprecio común, acogida y agradecimiento que contribuyen a hacer más densa la urdimbre de vínculos entre vecinos y vecinas llegadas de tantos lugares distintos», añadía el SJM.

El comunicado celebra estos cientos de historias «como pequeños triunfos de humanidad», pero compartidas en un contexto «de decisiones de políticas migratorias que las hace improbables». Por eso, junto a toda esa vida «la muerte injusta provocada por políticas carentes de humanidad y la memoria de las víctimas nos obliga a alzar la voz». Así, el SJM denuncia «la exclusión sanitaria que padecen las personas migrantes en situación administrativa irregular en nuestro país desde hace año y medio»; «las condiciones que propicia la falta de reglamentación con garantías de los Centros de Internamiento de Extranjeros»; y «las cuchillas dispuestas en la valla de Melilla, que son inútiles para la disuasión y dañinas gratuitamente».

Los jesuitas aluden también a «la cicatería con que la Unión Europea, y España en particular, se hacen cargo de la crisis de refugiados de Siria». Y ponen en tela de juicio la «respuesta de los gobiernos europeos ante tragedias como la de Lampedusa, consistente no en preocuparse por garantizar la vida de las personas migrantes, sino en reforzar aún más los mecanismos de vigilancia». Todo esto ha provocado que crezca algo que preocupa especialmente a los jesuitas: «El discurso populista xenófobo, que ha capturado las mentes y los corazones de numerosos conciudadanos, anidando en el miedo y la inseguridad provocada por la crisis, y que pretende hacerse con una representación significativa en el Parlamento Europeo en las próximas elecciones de junio». Por todos estos motivos, en el comunicado exigen «políticas públicas migratorias basadas en los derechos humanos universales» y «medidas moralmente más justas y políticamente más eficaces».

Concluyen la declaración «con una palabra de cercanía y ánimo para todas aquellas personas que en este último año también han tenido que abandonar nuestro país en busca de una oportunidad. Son la prueba palpable de que, aquí y en todo el mundo, moverse a otros sitios es la mejor herramienta para salir de la pobreza».