El Papa critica las drogas, «donde la vida se agota en el horizonte de uno mismo» - Alfa y Omega

El Papa critica las drogas, «donde la vida se agota en el horizonte de uno mismo»

Francisco ha recibido cerca de 3.000 miembros de la Comunidad Católica Shalom, que estos días celebra en Roma los 35 años de su fundación

José Calderero de Aldecoa

El primer Centro Shalom, situado en Fortaleza (Brasil), estaba formado por una pizzería y una librería. Allí, en 1982, se acogía y evangelizaba a los jóvenes. De esto hace ahora 35 años, aniversario que la Comunidad Católica Shalom —presente a en 30 países— está celebrando en Roma entre el 3 y el 9 de septiembre. Ante el testimonio de un joven adicto a las drogas, el Papa ha recordado que en ellas «la vida se agota» y el corazón queda «completamente vacío».

En la mañana de esta segunda jornada, el Papa ha recibido cerca de 3.000 miembros de la comunidad en la sala Pablo VI. Francisco, que «ha estado muy cariñoso», les ha hablado «de la importancia de la gratuidad, de dar gratis lo que hemos recibido gratis», cuenta a Alfa y Omega el arzobispo de Granada, monseñor Javier Martínez, en cuya diócesis —la única en España— comenzó la comunidad hace cinco años.

Y a esa gratuidad, «ante el testimonio de vida de un joven que fue adicto a diversas sustancias», el Santo Padre ha contrapuesto la autorreferencialidad de las drogas, «donde la vida se agota en el horizonte de uno mismo» y que «deja el corazón completamente vacío», rememora monseñor Martínez.

Durante el encuentro, el Pontífice ha rechazado este efecto y ha subrayado «la importancia de sentirse amados» y de tener cerca «personas que nos ayuden en momentos de dificultad».En este sentido, Bergoglio ha invitado a los presentes —que en su mayoría eran adolescentes y familias— «al diálogo entre distintas generaciones», lo que definió como «uno de los desafíos del mundo».

En Granada, invitados por el arzobispo

La Comunidad Católica Shalom está desde hace cinco años en Granada, donde llegaron invitados por monseñor Martínez. «Su carisma es la evangelización de la juventud y Granada es una ciudad con mucha gente joven», explica el arzobispo, que conoció la comunidad hace ya una década. «Es precioso ver la sencillez, la alegría y el desprendimiento con el que trabajan entre la gente joven», añade.