Jornada de oración en EE. UU. contra «el pecado de racismo» - Alfa y Omega

Jornada de oración en EE. UU. contra «el pecado de racismo»

La Conferencia Episcopal del país ya invitó el año pasado a rezar por la paz en las comunidades. La convocatoria se hace permanente bajo el paraguas del recién creado Comité Episcopal contra el Racismo

María Martínez López
Monseñor Ronald Lengwin, portavoz de la diócesis de Pittsburgh, habla durante una celebración interreligiosa, contra el racismo, en Pittburgh, Estados Unidos, el 18 de agosto de 2017. Foto: CNS

Este sábado, las comunidades católicas de Estados Unidos se unen en una Jornada de Oración por la Paz en Nuestras Comunidades. En la fecha elegida, el 9 de septiembre, se conmemora a san Pedro Claver, el jesuita español que dedicó su vida a los esclavos africanos llevados a América.

Entre los recursos que ofrece la Conferencia Episcopal Estadounidense para esta jornada, se encuentra una propuesta de oración de los fieles para las celebraciones. Entre otras cosas, se pide el fin de la violencia –ya sea la de las armas, la de las palabras o la de la indiferencia– y que quienes la han sufrido alcancen sanación y justicia; la gracia de ver a todos como hijos de Dios; que las comunidades acojan la diversidad no solo entre sus fieles sino entre sus líderes; la igualdad de oportunidades educativas, laborales y de vivienda; y que las fuerzas del orden realicen su trabajo con seguridad y de forma justa.

También se pide que todos los fieles y comunidades tengan el coraje de afrontar las conversaciones, muchas veces difíciles e incómodas, sobre el racismo que en ocasiones impregna a la sociedad estadounidense.

Precisamente este es el objetivo del programa Conversaciones (+Acción) Sagradas sobre la Raza. Este programa de la organización ecuménica Congregaciones Metropolitanas Unidas, que recibe apoyo de la Iglesia católica, ayuda a las comunidades de distintas denominaciones a abordar y hacer frente al racismo juntas.

Del diálogo a la acción…

Una de las parroquias católicas implicada es la de San Carlos Borromeo, en el estado de Missouri. Tras la muerte de Michael Brown, un joven negro de 18 años abatido en 2014 por un policía en Ferguson (Saint Louis, también en Missouri), y los incidentes violentos que la siguieron, «nuestra parroquia buscó encontrarse con nuestros hermanos afroamericanos de las comunidades cercanas para escuchar y aprender de sus experiencias».

«Tuvimos cuatro encuentros muy gratificantes, pero no fuimos capaces de mantener el esfuerzo», explican los responsables de la parroquia en una página web del Departamento de Justicia, Paz y Desarrollo Humano de los obispos, wearesaltandlight.org.

Más tarde, conocieron el programa Conversaciones Sagradas, y junto con otras 15 comunidades religiosas de su condado comenzaron a juntarse con creyentes de otras razas y etnias para reflexionar sobre los casos de racismo que estas personas siguen sufriendo tanto a nivel individual como social.

Este trabajo de reflexión les llevó a identificar áreas donde hace falta un cambio, como la educación o la justicia. «En grupos pequeños, nos estamos reuniendo con funcionarios locales para llamar la atención» sobre problemas como la falta de profesores de minorías en los colegios de la zona, explican los responsables de la parroquia.

… y siempre desde la oración

«San Pedro Claver es un modelo para que entendamos que hace falta trabajo duro y perseverancia para combatir el pecado del racismo y construir comunidad –ha afirmado monseñor George Murry, obispo de Youngstown y presidente del Comité AD Hoc de los obispos Contra el Racismo–. Este esfuerzo debemos comenzarlo y concluirlo orando juntos, también mientras buscamos formas concretas de actuar».

Los incidentes racistas de este verano en Charlottesville (Virginia) fueron el desencadenante de la creación del Comité Contra el Racismo que preside monseñor Murry. Sin embargo, los esfuerzos de los obispos por hacer frente a este problema vienen de antes.

El pasado año, el entonces presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Joseph Kurtz, convocó un día de oración por la paz en las comunidades, como consecuencia de otra oleada de protestas por las muertes de jóvenes afroamericanos a manos de la policía. También se convocó un grupo de trabajo temporal sobre este tema, que recomendó que la Jornada Nacional de Oración se convirtiera en permanente; una invitación que ahora ha asumido el Comité Contra el Racismo.