En Barcelona si busca el zoo puede acabar en el Parlament, o viceversa - Alfa y Omega

En Barcelona si busca el zoo puede acabar en el Parlament, o viceversa

Pedro J Rabadán

El camino es el mismo. ¡Cuidado, no se confunda! En Barcelona si busca el zoo puede acabar en el Parlament, o viceversa. La imagen lo dice todo. Conviene advertir que en uno hay animales y en el otro, en los últimos días, se han producido animaladas. No me malinterpreten, no pretendo ofender a ningún diputado ni a las personas que representan, ni tan siquiera pretendo hacer juicio alguno sobre ideologías ni sentimientos. Pero lo que hemos visto en las últimas sesiones sí merece comentario.

Algunas diferencias entre el ser humano y el animal son el don de la palabra, la capacidad de razonar, de entender, de empatizar, de buscar el bien común y soluciones a los problemas. Y más en un parlamento, que como su nombre indica, es lugar de hablar. Lejos de ello, las últimas jornadas en las que se han aprobado las leyes de referéndum y de transitoriedad han conseguido reunir ejemplos de todo lo contrario. El don del habla se utilizó demasiadas veces para la confrontación y el exabrupto. Ni razonamientos, ni empatía, ni respeto. Se saltaron las normas de la Cámara, se robó el uso de la palabra a quienes defendían ideas y mecanismos distintos a los de la mayoría, se desoyó al letrado mayor y al secretario del Parlament, se actuó al margen de lo que establece el Estatut de Cataluña, se incumplió la ley y se publicitó la imagen de la desobediencia al Tribunal Constitucional. Las ideas y anhelos son todos legítimos, pero nunca por vías ilegales.

Para evitar que se escapen animales salvajes del zoo existen importantes medidas de seguridad. Muy cerca, en el hemiciclo catalán, no han existido. Las animaladas han salido de esas paredes para tener reflejo en las calles. Es irresponsable hacer llamamientos a la ciudadanía con lenguaje bélico para responder al Estado. Sabes cómo empiezan, se adivina que siguen con quema de banderas y que pueden desencadenar violencia, pero nunca sabes cómo acaban. Qué contraste con las palabras del Papa en Colombia llamando a la reconciliación, al entendimiento y a la unidad. Francisco lo llama la cultura del encuentro. Lo que te encuentras en Barcelona hoy si vas al Parlament es con el zoo.