«Pedimos que se invierta en las personas» - Alfa y Omega

«Pedimos que se invierta en las personas»

Las políticas de austeridad aplicadas en el continente europeo se están cebando con los sectores más vulnerables. El tercer informe de Cáritas Europa sobre el impacto de la crisis muestra «un continente injusto, en el que aumenta el riesgo social, se reducen los sistemas sociales y las personas desconfían cada vez más de las instituciones». El análisis sitúa a España como uno de los siete países europeos más empobrecidos

Cristina Sánchez Aguilar
Madrid, 2013. Una niña ve cómo la desahucian de su casa junto a su familia

El informe, titulado Pobreza y desigualdades al alza: La única solución que se necesita son sistemas sociales, es la tercera edición de una serie de análisis realizados por Cáritas Europa sobre las repercusiones negativas que las políticas de austeridad están teniendo en los ciudadanos de los siete países más castigados por la crisis de la Unión Europea: Chipre, Grecia, Irlanda, Italia, Portugal, Rumanía y España. El texto se basa en datos extraídos de Eurostat, y de instituciones como el INE en el caso de España. Además, se complementan con los análisis de las Cáritas nacionales y los testimonios recogidos en los centros diocesanos.

El documento de Cáritas Europa muestra un continente «injusto, donde el riesgo social va en aumento, los sistemas sociales están siendo reducidos, y las personas y las familias están bajo presión». Además, los responsables de la institución recalcan, en las conclusiones, que «la cohesión social está desvaneciéndose y la confianza de las personas en las instituciones políticas se está debilitando cada vez más». Esto genera, a largo plazo, «un riesgo cada vez mayor para Europa».

El español Jorge Nuño Mayer, Secretario General de Cáritas Europa, afirma que «el mundo que documenta este informe no es justo, y constata que haber dado prioridad a las medidas de austeridad no ha solucionado la crisis, sino que ha causado problemas sociales que tendrán un impacto duradero». Por eso, una de las peticiones de la red de Cáritas es «llamar la atención a los gobernantes de los Estados Miembros a que adopten soluciones políticas alternativas». El análisis –ya es el tercero que hace Cáritas Europa– podría ser «un buen instrumento para los Gobiernos», explica Nuño. El verbo es en condicional, sobre todo para España, donde en los tres años que lleva publicándose no se ha visto mucho interés por parte de este Ejecutivo, ni del anterior: «No ha habido interés ni por este informe ni por el gran análisis que Cáritas ha hecho de la sociedad española, que es FOESSA», recalca.

Cosa, por cierto, que no ocurrió en países como Portugal, donde, tras la presentación del informe el año pasado, el Gobierno convocó una reunión en Lisboa entre los representantes de la institución y el ministro de Asuntos Sociales. Pero en España no es así. De hecho, Nuño advierte con preocupación que el Gobierno de Rajoy, en estos dos últimos meses, mantiene el discurso «triunfante del crecimiento macroeconómico y la reducción del desempleo», algo engañoso de cara a la opinión pública, porque «la realidad es que los recortes más importantes en materia de sanidad, educación y otros indicadores sociales han provocado un empobrecimiento de la población y gran desigualdad social».

«Si una madre sola con dos hijos a su cargo recibe 400 euros de subsidio –si los recibe– y las becas de comedor han desaparecido…, ¿cómo da de comer a los niños? No llega ni a darles arroz con tomate todos los días», advierte Nuño. Son las consecuencias de haber eliminado, prácticamente, las ayudas sociales en España.

Cáritas Europa tiene otra gran preocupación: garantizar unos ingresos mínimos. Por eso, piden que «cada Gobierno se dote de un mecanismo que garantice que todas las personas reciban ingresos suficientes para vivir con dignidad», señala el documento. Según Nuño, «que cinco millones de personas encuentren empleo no se va a conseguir ni en una década». Entonces, «¿qué pasará con las personas desempleadas? ¿Cómo recuperamos a alguien que lleva siete años sin trabajar, si no se le da un ingreso mínimo y unos servicios de formación?» Cáritas Europa, en este informe, pide «que se invierta, de verdad, en las personas».

España vista desde Europa

El informe dedica un capítulo específico al trabajo de Cáritas en España. Destaca la red de atención primaria en las parroquias, la formación para el empleo, y, sobre todo, pone el foco en los inmigrantes y los problemas de acceso a la vivienda. Ante esta situación, en el análisis se abordan tres áreas prioritarias:

1. Las parroquias cuyas puertas están abiertas en cada barrio y pueblo. «Este trabajo –afirma el documento– se ha intensificado durante la crisis, tanto en el número como en la complejidad de los problemas».

2. La opción por las personas más excluidas, ya que «ahora en España hay muchos grupos relegados a las periferias».

3. La defensa del acceso a los derechos básicos, como la educación, la salud, el empleo y la vivienda.

Cáritas Europa pone un ejemplo de la situación en España. Es la historia de J., un hombre con 52 años, casado y con dos hijos, que cerró en 2012 su negocio debido a la crisis. Durante más de un año buscó trabajo –su mujer también está en paro– y no encontró nada. «Empecé a ir al Servicio de Formación Profesional de Cáritas, donde me ayudaron a definir un plan de búsqueda de empleo». Gracias a Cáritas, J. accedió a la RMI, renta mínima de inserción, y, «gracias a esta ayuda pública, mi situación familiar no es tan desesperada». Ahora, J. se ha centrado en buscar trabajo en la cosecha de cereza, que necesita mano de obra en abril. «Tengo mejor estado de ánimo y fuerza para buscar trabajo», concluye.