El Papa a los metodistas: «No podemos crecer en santidad sin crecer en comunión» - Alfa y Omega

El Papa a los metodistas: «No podemos crecer en santidad sin crecer en comunión»

A pocos días del 500º aniversario de la Reforma de Lutero, Francisco ha animado a metodistas y católicos a prepararse para la plena comunión confiando en «la gracia de Dios», «con humilde esperanza y esfuerzos concretos»

María Martínez López
Foto: CNS

Las primeras décadas de diálogo ecuménico con los cristianos metodistas han servido para «aprender a vernos unos a otros como hermanos y hermanas en Cristo». El reto ahora es «prepararnos para ese reconocimiento pleno que vendrá cuando por fin podamos unirnos en la fracción del pan». Así lo ha planteado el Papa Francisco este jueves a una delegación del Consejo Metodista Mundial, a la que ha recibido para conmemorar los 50 años de diálogo bilateral con la Iglesia católica.

Esta unidad visible solo ocurrirá, como ha dicho Francisco, «por la gracia de Dios». Y los cristianos deben esperarla «con humilde esperanza y esfuerzos concretos». El encuentro con los delegados metodistas se ha producido solo unos días antes de que protestantes y católicos conmemoren juntos, el 31 de octubre, el 500º aniversario de la Reforma de Lutero.

La unidad de los cristianos –explicó el Santo Padre durante la audiencia– es un milagro que debe realizar el Espíritu Santo como en Pentecostés, «despertando una variedad de carismas y ordenando todo en una unidad que no es uniformidad sino comunión». Por eso, los cristianos «necesitamos permanecer juntos, como los discípulos en espera del Espíritu».

«Un viaje compartido»

Pero eso implica también un «viaje compartido» que comenzó hace 50 años. «Somos hermanos y hermanas que, después de una larga separación, estamos felices de avanzar juntos, sabiendo que nuestro viaje está bendecido por el Señor. Comenzó en Él y nos lleva a Él».

En su discurso, el Papa ha trazado un paralelismo entre el cincuentenario de diálogo y el jubileo que el pueblo judío celebraba cada 50 años. Durante el mismo, se liberaba a los esclavos, se devolvían las posesiones y no se cultivaban los campos.

«También nosotros podemos decir que, en cierto sentido, también hemos sido liberados de la esclavitud del distanciamiento y la sospecha mutua. Sí, ya no somos extraños, gracias al único bautismo que nos ha hecho verdaderos hermanos».

Un hombre que buscaba una vida santa

El Santo Padre también ha dedicado unas palabras a John Wesley, el clérigo anglicano que en la Inglaterra del siglo XVIII quiso revitalizar la Iglesia de Inglaterra, y plantó así la semilla de esta corriente cristiana. Wesley «buscaba ayudar a sus vecinos a vivir una vida santa. Su ejemplo y sus palabras animaron a muchos a dedicarse a leer la Biblia y a la oración, y de esta forma a llegar a un conocimiento de Jesucristo».

Esta vida santa que muchas personas han llevado dentro del metodismo nos lleva a «reconocer la labor del Espíritu Santo en otras confesiones», algo por lo que «no podemos sino regocijarnos». Miembros de otras confesiones –ha insistido Francisco– «pueden ayudarnos también a acercarnos al Señor y espolearnos a ser testigos más fieles del Evangelio», por lo que ha invitado a «fortalecernos unos a otros en nuestro testimonio de fe».

Servicio a los más pobres

El Pontífice ha aludido también a la nueva fase del diálogo católico-metodista, que está a punto de empezar, y que está dedicada a la reconciliación. «No podemos hablar de oración y caridad a menos que juntos recemos y trabajemos por la reconciliación y la plena comunión», ha subrayado el Papa. «No podemos crecer en santidad sin crecer en comunión», ha insistido.

Dentro de la búsqueda de la comunión, Francisco ha invitado una vez más a vivir de forma concreta el amor, «particularmente en el servicio a los pobres y marginados. Cuando, como católicos y metodistas, nos unimos para asistir y consolar a los débiles y marginados –esos que en medio de nuestras sociedades se sienten distantes, extranjeros y alienados–, estamos respondiendo a la llamada del Señor».