«El Papa es un líder espiritual» - Alfa y Omega

«El Papa es un líder espiritual»

Por tercera vez, la alcaldesa de Madrid ha participado en un encuentro en el Vaticano. Con juezas y mujeres fiscales de todo el mundo estudió el problema del tráfico de personas y pidió que este delito se declare crimen de lesa humanidad

Andrés Beltramo Álvarez
La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, durante su intervención en la Cumbre de Juezas y Mujeres Fiscales sobre Tráfico Humano y Crimen Organizado, el 10 de noviembre en la Casina Pio IV. Foto: Academia Pontificia de las Ciencias

La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, acudió por tercera vez a un encuentro en el Vaticano, esta vez a una cumbre mundial de juezas y mujeres fiscales organizado la Academia Pontificia de las Ciencias y las Ciencias Sociales, capitaneada por el obispo argentino Sánchez Sorondo. En el encuentro, que tuvo lugar los días 9 y 10 de noviembre, se dieron cita alrededor de 70 mujeres llegadas de todos los puntos del planeta para, como pidió el prelado en la convocatoria, a través de sus experiencias «proponer modelos nuevos y valorar los existentes».

Solo habían sido convocadas mujeres para debatir sobre tráfico de personas y crimen organizado. Este gesto gustó especialmente a la alcaldesa de la capital española: «Es muy bonito que se haya pensado en invitar a las autoridades mujeres, porque son ellas las que deben llevar el protagonismo de esta lucha contra un negocio en el cual las víctimas son también mujeres. Las mujeres pueden ser protagonistas de otra manera de ejercer el poder», dijo.

La madrileña, durante su intervención, compartió su experiencia de magistrada y criticó la «concepción machista de la sexualidad» y la poca colaboración institucional contra la trata de personas. Y se mostró convencida de que «declarar el tráfico de personas como delito de lesa humanidad es posible».

«Debemos plantear una pregunta esencial: ¿cómo podemos hacer que disminuya el delito de trata? Sobre todo, ¿cómo podemos hacer que disminuya la explotación de las víctimas? Si bien la trata tiene un abanico de delitos como la extracción de órganos o la explotación laboral, lo que realmente mueve todo este criminal negocio es la explotación sexual», explicó en entrevista a Alfa y Omega.

Carmena propuso que la reunión vaticana tenga seguimiento, con un impulso para la colaboración. Porque —ilustró— la justicia no puede actuar sola contra las estructuras criminales. «Tiene que ser una labor colectiva, no solo de la jurisdicción sino también de la administración, no solo política sino involucrar a otras instancias como la penitenciaria, por ejemplo».

Lamentó una cierta falta de profundidad en las cámaras legislativas españolas a la hora de analizar las situaciones objetivas que pueden influir en la disminución de estos delitos. «A veces hacemos leyes simplemente teniendo en cuenta los propios mecanismos de leyes anteriores, sin profundizar en las consecuencias de esas legislaciones», insistió. Y señaló a esa falta de análisis como «una asignatura pendiente».

Las estadísticas son fundamentales para la alcaldesa de Madrid. Citó una realizada en 2008 por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) sobre los comportamientos sexuales de los españoles. Según ese estudio, un 31 % de los varones en el país ha utilizado, una o más veces, la prostitución. «Eso nos da unas cifras aterradoras, nos ofrece un espectáculo de cuál es el negocio. Deberíamos seguir haciendo estas encuestas y luego planificar grandes programas de pedagogía en materia del ejercicio de la sexualidad», consideró.

Una relación con el Vaticano respaldada

Sobre el Papa Francisco, la alcaldesa de Madrid reconoció que está teniendo «una incidencia enorme» en el mundo, no solo entre creyentes sino también entre los ateos. «Hay muchos gente que, como yo, no son creyentes y que lo ven como un líder espiritual», insistió a Alfa y Omega.

«En mi Gobierno hay algunos concejales del partido Podemos que, por supuesto, apoyan no solamente la relación con el Vaticano, sino que se sienten extraordinariamente cerca del reconocimiento al liderazgo espiritual que tiene el Papa», sostuvo. E hizo hincapié en que su Gobierno tiene «múltiples apoyos», una visión «mucho más variada y plural que la de un solo partido». Reveló que en su grupo político hay personas «creyentes y practicantes», y consideró cosa del pasado pensar que solo los partidos de derechas pueden estar vinculados a la Iglesia. «Es una gran equivocación. La Iglesia actual en España tiene personas vinculadas a la izquierda, al centro o a la derecha».

Las violencias del alma

La cumbre en el Vaticano tuvo como objetivo recordar que la esclavitud moderna «es un delito de lesa humanidad que debe ser reconocido como tal, según lo pidieran en repetidas ocasiones tanto Benedicto XVI como el Papa Francisco», aseguró Sánchez Sorondo. Lo que es preciso para este reconocimiento, añadió, «es comprender que la violencia de este delito no consiste solamente en el ataque a la integridad corporal», sino que están en juego «las violencias del alma, que dejan llagas abiertas incluso más complejas y profundas que las ya terribles a la integridad corporal».

El argentino puso como modelo «el nórdico, que por primera vez en la historia penaliza a los clientes y no a las víctimas» y recalcó que una estimación «de 50 millones de víctimas anuales» no pueden dejar indiferente a nadie, máxime cuando «se da un continuo aumento». Es incomprensible, finalizó, «que no se alce una voz coral de rebelión para condenar la discriminación que sufre la mujer ante la compra y venta de su cuerpo».

Andrés Beltramo / Redacción