El Papa a los birmanos: «El Evangelio enseña la dignidad de toda persona» - Alfa y Omega

El Papa a los birmanos: «El Evangelio enseña la dignidad de toda persona»

A pocos días del viaje apostólico a Myanmar, tal como suele hacer antes de partir, el Romano Pontífice envió un vídeomensaje dirigido a todo el pueblo, católicos y personas de buena voluntad: «Mientras me preparo para visitar Myanmar, deseo enviar unas palabras de saludo y amistad a todo su pueblo. No veo la hora de poder encontrarlos», expresa el Santo Padre. «Voy a proclamar el Evangelio de Jesucristo, un mensaje de reconciliación, perdón y paz»

RV
Foto: AP

El Obispo de Roma manifiesta asimismo su deseo de confirmar en la fe a la comunidad católica y también de visitar la nación «con espíritu de respeto y de aliento por los esfuerzos dirigidos a construir armonía y cooperación al servicio del bien común».

Amor y Paz, es el lema del viaje del Papa al país asiático, que tendrá lugar del 27 al 30 de noviembre y en el que visitará las ciudades de Yangón y Naipydió, al cual seguirá inmediatamente después su viaje a Bangladés, del 30 al 2 de diciembre, visitando la ciudad de Daca.

A continuación, el texto completo del vídeomensaje:

Queridos amigos,

Mientras me preparo para visitar Myanmar, deseo enviar unas palabras de saludo y amistad a todo su pueblo. No veo la hora de poder encontrarlos.

Voy a proclamar el Evangelio de Jesucristo, un mensaje de reconciliación, perdón y paz. Mi visita quiere confirmar a la comunidad católica de Myanmar en su fe en Dios y en su testimonio del Evangelio, que enseña la dignidad de todo hombre y mujer, y exige abrir nuestros corazones a los demás, especialmente a los pobres y necesitados.

Al mismo tiempo, deseo visitar la nación con espíritu de respeto y de estímulo por todos los esfuerzos dirigidos a construir armonía y cooperación al servicio del bien común. Vivimos en un tiempo en que los creyentes y personas de buena voluntad sienten cada vez más la necesidad de crecer en la comprensión mutua y en el respeto, y de apoyarse unos a otros como miembros de la única familia humana. Porque todos somos hijos de Dios.

Sé que muchos en Myanmar están trabajando duro para preparar mi visita y les agradezco. Les pido a cada uno que recen para que los días en los que estaré con ustedes puedan ser fuente de esperanza y aliento para todos. ¡Sobre ustedes y sus familias invoco las bendiciones divinas de alegría y paz! ¡Hasta pronto!