El barquero - Alfa y Omega

Es probable que alguien conozca este relato que apareció en marzo de 1965 en una revista francesa: «Una joven esposa, poco atendida por un marido ocupado en sus negocios, se deja seducir y se va a pasar la noche a casa de su amante en una casa situada al otro lado del río. Para volver a casa al día siguiente antes de que llegase su marido, que estaba de viaje, tenía que cruzar un puentecillo, pero un loco le cierra el paso haciendo gestos amenazadores. Ella sale corriendo hacia un hombre que se dedica a pasar gente con su barca. Ella se monta, pero el barquero le pide el dinero del pasaje. La pobre no tiene nada y por más que pide y suplica, el barquero se niega a pasarla si no paga de antemano. Entonces ella se va a casa del amante y le pide dinero, pero él se niega. Ella se acuerda de un amigo soltero que vive en la misma orilla y se va a su casa. Él la tenía por un amor platónico, pero ella nunca había cedido. Le cuenta todo y le pide dinero. Él se niega también, le ha decepcionado por su conducta tan ligera. Intenta de nuevo ir al barquero, pero en vano. Entonces, desesperada, decide cruzar el puente. El loco la mata».

¿Cuál de estos seis personajes puede ser considerado como responsable de esta muerte? Esta fue mi propuesta en una reunión de trabajo en la que, algunas personas se estaban poniendo campanudas estableciendo «líneas precisas» para «juzgar comportamientos» (ellos decían «valorar»). Descender a lo concreto da calambre: mejor moverse en las abstracciones; si no, habría que ofrecer soluciones, articularlas, sentirlas como heridas. Lamento decir que las palabras amor, misericordia y paciencia no salieron a colación.

He dejado la historia inicial tal cual; por favor, no identifiquéis movidas de género y quedaos con el mensaje. ¿Qué os dice en la situación actual? ¿Qué habríais hecho vosotros?