A los jóvenes españoles les interesa más la política, pero siguen desmovilizados - Alfa y Omega

A los jóvenes españoles les interesa más la política, pero siguen desmovilizados

María Martínez López
Un grupo de jóvenes decide su voto durante las elecciones catalanas de septiembre de 2015. Foto: EFE/Marta Pérez

La radiografía de lo que los jóvenes católicos comprometidos consideran importante para que la Iglesia llegue a sus coetáneos encuentra un complemento enriquecedor en las radiografías periódicas que realiza la Fundación SM. La última edición se presentó el martes y ofrece algunos datos interesantes sobre cómo la crisis económica de los últimos años ha influido en la mirada sobre el mundo de los españoles entre 15 y 24 años.

Según el estudio, elaborado con datos de 2016, los jóvenes consideran «muy importante», sobre todo, la salud (83,4 %) y la familia (80,6 %). Desde 2005, han perdido en torno a un 10 % de la confianza –entonces ya no muy boyante– que tenían en instituciones como el Parlamento estatal y autonómico, la prensa y la monarquía. Esto contrasta con un repunte de la confianza en las Fuerzas Armadas, la Policía y las grandes empresas, y con uno mucho más leve (del 2 %) hacia la Iglesia, que sigue ocupando el último lugar (22,8 %) en cuanto a «mucha o bastante confianza».

Las organizaciones de voluntariado, con un 65,7 %, son las instituciones más valoradas, aunque solamente el 28 % de los encuestados hace voluntariado.

Se ve aquí un signo de la desmovilización que ha marcado estos informes en los últimos años y que se refleja también, aunque con matices, en el ámbito político. En los últimos años, ha crecido el interés de los jóvenes por la política. Han pasado aproximadamente de un cuarto a un tercio los que siguen información política y hablan con frecuencia de estos temas. También están más radicalizados: el 22 % se sitúa en posiciones de extrema izquierda (15 %) o derecha (7 %). Sin embargo, el mayor interés no se traduce en una mayor participación política. De hecho, el 78,8 % no participa en asociaciones de ningún tipo.

Curiosamente, el «llevar una vida moral y digna», cuya importancia entre los jóvenes se iba reduciendo paulatinamente entre los jóvenes hasta 2010, ha pasado a ser muy o bastante importante para un 92,5 % de ellos, desde el mínimo del 84 % hace siete años.

En cuanto a la religión, solo el 16,3 % de los jóvenes consideran «muy importante o bastante importante» este ámbito. Desde 2010, un 13 % de los encuestados ha dejado de definirse como católicos continuando así un éxodo continuo en los últimos años. En 2016 el 40 % de los jóvenes todavía afirma pertenecer a la Iglesia, pero solo el 8,2 % se define como «muy buen católico o católico practicante» y solo el 7 % va a Misa cada domingo. Un 23,7 % se define como ateo, un 13,6 % como agnóstico, y un 14,2 % como indiferente. Entre estos últimos, los que no creen en Dios han pasado del 34 % al 8 % en once años.

Un dato significativo es una cierta desvinculación de los jóvenes católicos respecto a la Iglesia. Muchos de ellos afirman que «incluso sin ella puedo creer en Dios» y que «se puede ser parte de la Iglesia sin seguir todas sus directrices». También entre los «muy buenos católicos» y católicos practicantes, con porcentajes –77 % y 74 %– similares a los de los «no muy practicantes».