Josep Miró, sobre el caso Morín: «Es muy difícil que se produzca una condena por aborto» - Alfa y Omega

Josep Miró, sobre el caso Morín: «Es muy difícil que se produzca una condena por aborto»

El Tribunal Supremo ha reducido la condena al abortista Carlos Morín de once abortos ilegales a tres, pero mantiene la sentencia de 18 meses de prisión, que el médico no cumplirá. El presidente de e-Cristians, que ha actuado como acusación particular, lamenta lo poco que vale en nuestro país, en términos penales, la vida del no nacido

María Martínez López
Carlos Morín. Foto: EFE/Marta Pérez

«En España es extraordinariamente difícil que se pueda producir una condena por aborto». Así valora Josep Miró i Ardèvol, presidente de e-Cristians, la resolución final del caso Morín, dada a conocer esta semana. El Tribunal Supremo ha condenado al abortista Carlos Morín y al psicólogo Pascual Javier Ramón Mora por tan solo tres abortos ilegales, no los once por los que los condenó la Audiencia de Barcelona.

El presidente de e-Cristians, entidad que ha participado en el juicio como acusación particular, subraya que «esta sentencia tiene un componente paradójico: reduce los delitos de once abortos a tres, pero eleva la condena por cada uno de un mes y poco a seis meses por aborto», la pena máxima en nuestro país.

«No sé –añade– si es una forma de aceptar la sentencia de Barcelona a la vez que se resuelven las posibles objeciones que se podrían aducir desde el punto de vista jurídico». El Tribunal Supremo ha entendido «que había duda razonable (un elemento muy interpretativo) sobre si las ocho mujeres [de los abortos descartados, ndr] habían pasado el examen psicológico previo de forma correcta o no».

Conviene recordar que las acusaciones contra Morín argumentaban que practicaba abortos ilegales principalmente por dos motivos: realizarlos fuera de los plazos legales, o saltarse el requisito de que la mujer reciba el informe favorable de un psicólogo o un psiquiatra. De hecho, en los registros a las clínicas de Morín realizados en 2007 se encontraron muchos informes psicológicos ya firmados pero en blanco, listos para incluir en ellos los datos de las pacientes.

De 115 a tres…

El caso ha sido complejo: el Tribunal Supremo anuló una primera sentencia absolutoria de la Audiencia de Barcelona, y ordenó repetir el juicio. Fue de ahí de donde salió la condena por once abortos, reducida ahora a tres. En un primer momento, la investigación de las fuerzas de seguridad detectaron 115 abortos sospechosos. En el primer juicio se juzgaron 89, por los que la Fiscalía pedía 237 años de cárcel.

«Este tema abre –subraya Miró– una reflexión: cuánto vale en términos penales la vida del no nacido. Hemos pasado de uno a seis meses por aborto. Pero en otros ámbitos hay penas más elevadas».

Por ejemplo, un acto violento de un hombre contra una mujer que no produzca lesiones, como zarandearla, puede significar más de dos años e ingreso en prisión. También en la defensa de los animales, donde «felizmente hemos avanzado muchísimo», hay delitos más castigados que el aborto de un ser humano.

La cuantía de la condena hace que el abortista Morín no vaya a entrar en prisión. Además, «la inhabilitación profesional tiene poca importancia para él porque ya abandonó esta actividad». Por ello, quizá el fruto más significativo del caso, a juicio de Miró, haya sido «el efecto colateral del cierre de las clínicas de Ginemedex».

…ley de Zapatero mediante

Miró explica que un elemento clave en el encogimiento del caso Morín ha sido «el cambio de legislación que introdujo Zapatero, con la ley del aborto de 2010» que hoy sigue vigente. «Se eliminó un gran número de supuestos delitos porque, como es lógico, se juzgaban de acuerdo a la legislación más favorable para los acusados».

Este hecho ratifica al presidente de e-Cristians en su opinión de que «la causa fundamental que desencadenó la nueva ley del aborto fue la reacción de las empresas que se dedican a este negocio, espantadas por el caso de Morín». De hecho, este escándalo estalló a finales de 2007, y en 2009 ya se empezó a tramitar la nueva ley.

La casi total impunidad de los negocios abortistas no existe solo en el ámbito penal: «Me parece escandaloso –apunta Miró– que nunca haya habido una inspección fiscal como las que se hacen en otros sectores, a pesar de que es público y notorio que muchos de estos centros funcionan con dinero negro. Tampoco hay inspecciones sanitarias, y existen dudas más que razonables sobre el incumplimiento de la legislación sobre cómo tratar los restos humanos».

Hacen falta entidades valientes y con medios

Sería, por tanto, posible aunque muy complicado seguir intentando que se persigan las ilegalidades e irregularidades cometidas por abortistas. Pero el caso Morín demuestra que para ello «son fundamentales la perseverancia y la disponibilidad de un cierto nivel de medios; precisamente lo que se echa en falta muchas veces».

Para e-Cristians, actuar como acusación particular ha sido «muy costoso económicamente. Aunque los abogados lo han hecho por el coste básico, tenemos recursos limitados y el caso ha durado mucho tiempo», diez años desde la detención de Morín. Si han podido asumirlo, ha sido gracias a la buena respuesta que han recibido las tres colectas extraordinarias a favor de esta causa.