Osoro: «Hay que salir con la fuerza de las obras» - Alfa y Omega

Osoro: «Hay que salir con la fuerza de las obras»

El arzobispo de Madrid se ha reunido por primera vez con los universitarios en la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid. Durante el encuentro, que se ha desarrollado en formato coloquio, don Carlos ha sido claro y ha destacado la unidad, la misión y la acogida

José Calderero de Aldecoa
Momento del encuentro de monseñor Osoro con los universitarios. Foto: José Calderero

El arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro, acudió la semana pasada a la universidad y lo hizo, no para dar una charla o sermón a los jóvenes, sino para escucharlos y responder a sus preguntas. Y para la ocasión, el salón de grados de la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid se llenó de futuros abogados, periodistas, psicólogos o físicos.

Los universitarios madrileños se encontraron por primera vez con su arzobispo. También era la primera vez para don Carlos, aunque el prelado ya tiene experiencia en esto de venir a la universidad, y así comenzó su intervención. «Mi vida sería inexplicable sin ella. He trabajado durante muchos años en la universidad», contó monseñor Osoro.

El arzobispo hizo una breve introducción en la que habló de la cultura del encuentro, algo «necesario en esta tierra», y en la que confesó que su gran pasión en la vida ha sido «hacer de este mundo un lugar en el que todo hombre sea respetado y considerado con la dignidad real que tiene». El mayor «pecado del corazón humano es la insensibilidad para escuchar a todos».

Y como el encuentro era un coloquio, don Carlos, sobre todo, contestó a las preguntas de los universitarios. «¿Cómo podemos hacer esa cultura del encuentro que nos propone, si ni siquiera conocemos a los de la parroquia de al lado y nos ponemos trabas los unos a los otros?», preguntó un estudiante. «A veces hacemos tribus. Damos nuestras razones. Somos autorreferenciales, lo mío es lo bueno, lo de los demás es malo. Y no sólo entre los cristianos. Un cristiano que piense que lo de otro que piensa todo lo contrario es malo no puede estar aquí. Ése no construye», contestó el arzobispo. «No se puede salir por la vida desechando… Hay que salir a este mundo sabiendo que de todo ser humano y de todo grupo humano se puede aprender algo. Sin escondernos, pero no se puede salir a descartar, o anulando, o matando. Cuando no reconoces al otro estás matando. Asesino se puede ser de muchas maneras», añadió.

Momento del encuentro de monseñor Osoro con los universitarios. Foto: José Calderero

«Pero, más concretamente, ¿cómo lo hacemos?», repreguntó, por su parte, Nacho. «El cómo lo tenemos que buscar entre todos. Yo he propuesto el Plan de pastoral, pero lo tenemos que hacer entre todos. Yo sólo pongo el título: Comunión y misión en el anuncio de la alegría del Evangelio. Tenemos que estar unidos. No podemos decir: Yo de Apolo, yo de Pablo. ¿Y quién es de Jesucristo? Nuestro Señor no vino a este mundo para un grupito, vino para todos los hombres y dio la vida por todos», aseguró monseñor Osoro. «¿Cómo lo hacemos? –se preguntó el propio arzobispo–. La comunión es esencial. Yo os estoy convocando a todos los jóvenes los primeros viernes de mes. Y allí os pongo a todos a mirar a Jesucristo. Y Él, antes de subir al cielo, les dijo a los discípulos: Id al mundo entero y proclamad el Evangelio. Salir para regalar libertad. Salir para cambiar el corazón del ser humano. Salir para que cada uno de nosotros sea el rostro del Señor».

«Don Carlos, yo salgo, y cuando lo hago, me encuentro algunos cristianos apocados», aseguró Javier. «Tú hablas de ser discípulos misioneros, discípulos que ejerzan. Pero esto solamente se puede hacer si un cristiano se encuentra de verdad con Jesucristo», explicó el pastor. «Hay que provocar ese encuentro. La revolución más grande que se puede hacer es la que provoca el Señor cuando entra en nuestra vida», explicó don Carlos. «Hay que salir con la fuerza de las obras».