Monasterio de Santa Isabel - Alfa y Omega

Monasterio de Santa Isabel

Joaquín Martín Abad
Foto: María Pazos Carretero

El real monasterio de la Visitación de la Virgen María a Santa Isabel fue originado por el agustino Alonso de Orozco, pues desde 1586 había pensado fundar uno de monjas agustinas recoletas.

En la calle del Príncipe vivía Prudencia Grillo y, en la víspera de firmar capitulaciones matrimoniales con un caballero que acababa de salir de su casa mientras Orozco estaba en su oratorio, este le indicó que las capitulaciones que debía firmar eran las de ser religiosa. Ella le aseveró que se haría monja si, en aquella misma casa, alguien hiciera un convento. Y, al instante, Orozco respondió: «Yo lo hago». Al día siguiente esa señora firmó capitulaciones para fundar allí mismo un convento, en el que se enrolaron también sus tres sirvientas y dos jóvenes que dirigía espiritualmente el padre Alonso.

Él redactó en una tablilla la regla del monasterio, porque en todo lo demás debían seguir las Constituciones de la orden de San Agustín. La comunidad comenzó con la Misa que celebró en la Nochebuena de 1589; y el libro de profesiones se inició en 1590. 20 años más tarde la esposa de Felipe III, Margarita de Austria, en una visita al monasterio comprobó que, al ser pequeño y estar cerca el Corral de las Comedias, le llegaba mucho ruido de la farándula. Ofreció un edificio que había pertenecido a Antonio Pérez, junto al colegio de Santa Isabel, iniciado por Isabel Clara Eugenia. Construyó la iglesia Juan Gómez de Mora. Al mismo tiempo, la reina lograba sustraer ese monasterio de la jurisdicción de los agustinos para ponerlo bajo la de su prelado de palacio y ofrecía a las monjas las Constituciones para Agustinas Recoletas redactadas por la venerable Mariana de San José, quien estuvo allí antes de fundar el de la Encarnación.

Desde 1931 hizo de capellán de las monjas Josemaría Escrivá. En un pasillo de la sacristía escribió, de un tirón, Santo Rosario. En 1934 fue nombrado por Niceto Alcalá-Zamora, presidente de la República, rector en ese patronato real. Y las monjas custodian un Niño Jesús al que le tenía especial devoción. Monasterio e iglesia fueron incendiados en 1936. Coincidencias de la Providencia, en el mismo año 2002 fueron canonizados san Alonso de Orozco y san Josemaría Escrivá. Y a los dos se les ve –en estatua y cuadro– en esa iglesia.