Los últimos 30 cristianos de Mogadiscio - Alfa y Omega

Los últimos 30 cristianos de Mogadiscio

«Viven ocultos por miedo a las represalias de los fundamentalistas islámicos». «Algunos han sido asesinados por los hijos de sus hijos». A pesar de todo, «conservan su fe como el regalo más precioso que se les ha hecho»

José Calderero de Aldecoa
Un chico camina por el interior de una iglesia destruida en el distrito de Hamerweyne, Mogadiscio, Somalia. Foto: REUTERS/Feisal Omar

Somalia ocupa el tercer puesto en la Lista Mundial de Persecución de la organización Puertas Abiertas, que mide el nivel de persecución religiosa en los distintos países del mundo. «La situación general de la persecución en Somalia revela que hay un fuerte deseo en la sociedad de erradicar el cristianismo del país, rayando la limpieza étnica», asegura en su informe Puertas Abiertas. En la lista de persecución, el país solo está superado por Afganistán y Corea del Norte.

A pesar de este desorbitado nivel de persecución, en Mogadiscio (capital de Somalia) todavía quedan 30 cristianos, todos ancianos, que «viven ocultos por miedo a las represalias de los fundamentalistas islámicos», explica la agencia Fides. En clandestinidad, estas personas «conservan su fe como el regalo más precioso que se les ha hecho», añade.

Recientemente, un sacerdote europeo ha logrado entrar en contacto con uno de los miembros de la pequeña comunidad cristiana del país africano. Se trata de Stefano Tollu, capellán militar del Ejército de Italia, que se encuentra en Somalia dando asistencia espiritual a los soldados italianos que participan en la misión de formación y adiestramiento financiada por la Unión Europea.

El encuentro entre el cura y el cristiano somalí, según explica Fides, fue corto para no llamar demasiado la atención, pero tremendamente intenso y cargado de significado humano y espiritual. «Tuve la oportunidad de conocer a Moisés (nombre ficticio). Muchos lo consideran el portavoz de los católicos somalíes. Me aseguró que su comunidad está en vías de extinción», cuenta el padre Tollu, misionero salesiano y ahora integrado en el Ordinariato Militar de Italia.

Peligros en el exterior y en el interior

En Somalia convivieron durante siglos una versión muy tolerante del Islam sufí con otras religiones. Pero, desde hace unos veinte años, se ha afianzado una versión intolerante de la fe coránica. El grupo terrorista Al Qaeda y su filial local Al-Shabaab son una amenaza continua para los musulmanes no fundamentalistas y para los cristianos. En los últimos meses, el Estado Islámico también ha recalado en el país, en la zona de Puntlandia.

Sin embargo, el peligro se encuentra incluso dentro de las propias familias cristianas. «Los niños nacidos en los años 90 se han vuelto intolerantes y no comprenden a sus mayores que profesan el cristianismo». Así se lo aseguró Moisés al capellán militar. «Por eso los ancianos huyen, se alejan de sus hijos y nietos. Algunos han sido asesinados por los hijos de sus hijos. La violencia está en las mismas casas y nosotros, que somos pocos, arriesgamos nuestras vidas todos los días». El padre Tollu le prometió a Moisés que «recordaría en la Santa Misa» a todos los muertos.

«En este momento no hay condiciones de seguridad para que un sacerdote pueda llevar a cabo su servicio pastoral en Mogadiscio. Espero que en el futuro, una vez que el país haya sido liberado de la amenaza terrorista, sea posible crear las condiciones necesarias para que haya una presencia cristiana en la ciudad y que, a partir de ello, puedan surgir relaciones cordiales con los hermanos de la fe musulmana. Les prometí rezar por ellos durante la misa. Estamos unidos en la oración diaria, somos hermanos en Cristo, a pesar de que hoy se vean obligados a ocultar su fe», concluye el padre Tollu.