El Sentido busca al hombre - Alfa y Omega

El Sentido busca al hombre

Rocío Solís Cobo

«Un hombre culto, un europeo de nuestros días, ¿puede creer, realmente creer, en la divinidad del Hijo de Dios, Jesucristo?». Así se preguntaba el escritor Dostoyevski por la realidad de la fe. Han pasado 2.000 años del acontecimiento que sostiene la certeza cristiana, una certeza que considera ese hecho como un suceso presente y real. Es legítimo y necesario hacerse esta pregunta con honestidad, hasta el fondo, para que creer no se convierta en un acto irracional.

En esta exigencia, humus de una universidad católica, nace El Sentido busca al hombre, la última publicación del Instituto John Henry Newman, de la Universidad Francisco de Vitoria, de Madrid. Un libro que muestra el camino que hay desde el corazón del hombre, que busca el sentido de su vida, hasta llegar a Cristo como respuesta, y a la Iglesia, como lugar de encuentro de ese sentido. Es un libro sobre Dios, pero también, y quizás antes y quizás más, un libro sobre el hombre. Existen muchas formas de afrontar la cuestión de Dios, pero quizá la más fecunda, la más verdadera, es aquella que la sitúa como la última pregunta del hombre, el paso que le coloca entre él, y toda su circunstancia, y el Misterio.

El Sentido busca al hombre es un itinerario de reflexión, un camino con paradas que invitan al lector a coger aire y confrontar todo con su razón y experiencia. Tiene un recorrido lógico de ocho capítulos. Al inicio, se plantea la cuestión del sentido de la existencia humana como punto de partida dentro del campo de juego existencial, que huye del toreo de salón. La pregunta por Dios en este libro no es retórica ni abstracta, no nos quita tiempo de la vida que nos jugamos. Seguido hay una aclaración metodológica sobre la distinción entre fe y razón, para mostrar que las lindes son dentro de la razonabilidad humana. El tercer capítulo bucea en las respuestas desde la filosofía, para desembocar en el cuarto episodio que afronta el análisis de un caso histórico, el único en el que alguien parece presentarse como Dios que busca al hombre. En este punto comienza el examen de la historicidad de Jesucristo y de las fuentes que lo recogen, utilizando de báculo la inaudita pretensión de ser Dios, pretensión que da origen a la reflexión sobre los signos de credibilidad que tal exigencia ofrece. Finalmente, se plantea la conexión que puede existir entre Él y sus seguidores, y se investiga la también extraña pretensión de la Iglesia.

Este recorrido se hace en la universidad, por profesores universitarios que se han tomado en serio la cosmovisión de la que parten a la hora de descubrir a sus alumnos la parcela de realidad que enseñan. Se hace en comunidad, porque la fe necesita de un lugar objetivo, la mirada del otro, para no dejarse atrapar. Benedicto XVI afirmaba delante de estos mismos profesores, hace ahora 3 años, que la Verdad no se puede poseer, que la Verdad nos posee. Este libro sólo es un intento de alcanzar su paso, apenas, unos metros, los de nuestra vida.