Osoro a los nuevos presbíteros: «Vuestras vidas van a ser otros Cristos en medio de los hombres» - Alfa y Omega

Osoro a los nuevos presbíteros: «Vuestras vidas van a ser otros Cristos en medio de los hombres»

Carlos González García
Foto: Seminario Conciliar

El pasado sábado, 28 de abril, la catedral de Santa María la Real de la Almudena abría sus puertas, de par en par, para acoger uno de los momentos más especiales –y esperados– que celebra, cada año, la archidiócesis de Madrid. 16 diáconos –ya ordenados presbíteros por el arzobispo de Madrid– esperaban frente al altar, con sus manos vacías de todo excepto del Dios que los elegía, para ver cómo se hacía verdad el milagro sacerdotal en sus vidas.

En su homilía, el cardenal Osoro recordó a los nuevos sacerdotes que, a la luz del salmo 21, el Señor «haría posible que todos los hombres se saciasen y pudiesen alabar al Señor». Él, dijo, ante la mirada atenta y emocionada de los presbíteros, «busca hombres que sean capaces entregando la vida entera». Una tarea no exenta de valor, pues «hoy existen dificultades para anunciar a Jesucristo». Sin embargo, subrayó, poniendo en el centro a los 16 protagonistas, «en estos tiempos, como al principio, hay valentía y capacidad para quitar el miedo y presentarse en medio de este mundo, como lo hicieran Pablo y Bernabé, para anunciar que habían visto al Señor».

Foto: Seminario Conciliar

«Amad a todas las personas sin condición»

Los nuevos presbíteros, uno a uno, se dejaban moldear por cada una de las palabras del pastor. Este, les recordaba que la Iglesia «se sigue construyendo y sigue progresando y anunciando a Jesucristo en todas las partes de la tierra». Y hoy nos lo muestra el Señor «a través de vuestras vidas».

El purpurado, además, los animó a guardar sus mandamientos y a hacer verdad en su vida «lo que el Señor os regala, configurándoos y entregándoos a Él», de manera que «vuestra vida no sea para vosotros mismos, sino que améis a las personas, de toda clase y condición». En esa entrega generosa, incidió en la idea de que «no anide en vuestra existencia ni el egoísmo ni la diferenciación».

Foto: Seminario Conciliar

Un acontecimiento único en la misión de la Iglesia

Y «hacedlo con una convicción clara y absoluta de que, sin el Señor, no podemos hacer nada». Con esta promesa del cardenal, brotó otro propósito, que adquiría –en su palabra– una misión fundamental: «Sed discípulos en todas las circunstancias» y «sed Jesús en medio de los hombres».

De ahí, señaló el arzobispo madrileño, la urgencia de su invitación: «Ved la pasión que tenéis que tener por anunciar al Señor» porque «cuando nos desconectamos de la vid verdadera, que es la presencia del Resucitado, tendremos la impresión de que nada merece la pena y que la vida se convierte en una carga difícil de soportar». Por ello, ahondó en una «profunda relación» con Cristo Resucitado, ya que «sin Él, nuestra vida se vuelve estéril y vacía».

Poniendo la mirada en los fieles que acompañaban a los ordenandos, reveló que «no es un acontecimiento más», sino que «es un acontecimiento único en la vida y en la misión de la Iglesia, el que el Señor siga eligiendo a hombres para que, en cualquier parte del mundo, anuncien y manifiesten su presencia real».

Foto: Seminario Conciliar

En conmemoración Suya

Asimismo, el prelado destacó la «maravilla» que, pasados unos minutos, se haría verdad en cada uno de ellos, «no por vuestra fuerza, sino por lo que da el Señor». Así, «cuando digáis “tomad y comed”, es Jesús el que lo dice a través de vosotros; y cuando alguien se acerque a pedir perdón y digáis “yo te absuelvo”, hacedlo como Jesús, también con misericordia». Porque el Señor «perdona al que se acerca a vosotros».

Antes de concluir la homilía y dar paso a la consagración sacerdotal, el arzobispo los alentó a ser «esa vid verdadera» que «es Jesucristo», quien «se hace presente en el misterio de la Eucaristía y hoy, de una manera absoluta, en vuestra vidas, que van a ser otros Cristos en medio de los hombres».

Foto: Seminario Conciliar

Sacerdos in aeternum

Los presbíteros ordenados son Francisco Javier Servert, Gonzalo Arroyo Hernández, Gonzalo Barbed Martín, Fernando Bielza Díaz-Caneja, Alberto de Mingo Pavón, José Manuel Fernández Martínez, Rodrigo González Panizo, Francisco Javier Jiménez Cerro, Juan Martínez Santos, Francisco Javier Peño Iglesias, Eugenio Pérez Turbidí, Cesar Augusto Quispe, Jesús Sánchez Sánchez y Santiago Tornos Alonso del Seminario Conciliar de la Inmaculada y San Dámaso. Y Giacomo Alpori y Stanislas Kongba-Yebas, del Redemptoris Mater Nuestra Señora de la Almudena.

Homilía íntegra del cardenal