«La gente no quiere morir. Lo que pide es no sufrir» - Alfa y Omega

«La gente no quiere morir. Lo que pide es no sufrir»

Pablo Requena, representante de la Santa Sede en la Asociación Médica Mundial, presentó en Madrid su nuevo libro Doctor, no haga todo lo posible. Lo que estaba previsto que fuera un alegato contra el encarnizamiento terapéutico se convirtió en una condena sin paliativos contra la propuesta de legalizar la eutanasia

Ricardo Benjumea
Foto: REUTERS/Nacho Doce

La Organización Médica Colegial (OMC) lo tiene muy claro. Poner fin deliberadamente a la vida de un paciente es algo que va «totalmente en contra» de las buenas prácticas de la medicina. Así lo advirtió su presidente, Serafín Romero, anfitrión el 8 de mayo de la presentación del libro Doctor, no haga todo lo posible (ed. Comares) de Pablo Requena. Este sacerdote murciano representa al Vaticano en la Asociación Médica Mundial, una confederación de 112 asociaciones médicas nacionales que aglutinan a más de diez millones de facultativos. El acto se produjo en pleno debate sobre la despenalización de la eutanasia en España, tras la admisión a trámite de la proposición de ley presentada por el Partido Socialista. La Asociación Médica Mundial se ha pronunciado tajantemente en contra tanto de la eutanasia como del suicidio asistido.

No basta, sin embargo, con quedarse en la condena. Cada petición de muerte es «un signo de alarma de que hay algo que no se está consiguiendo afrontar de un modo adecuado», cree Pablo Requena. Cada año «hay 60.000 personas que mueren con un sufrimiento evitable con cuidados paliativos», resaltó Marcos Gómez Sancho, coordinador del Observatorio de Atención al Final de la Vida de la OMC. A su juicio, es «indecente» legislar sobre la eutanasia (lo que abocaría a «la crisis más grave de la historia de la medicina milenaria» al convertir a los médicos en «gestores de la muerte») cuando tantos enfermos afrontan sus últimos momentos en condiciones deplorables por la ausencia de una estrategia adecuada de paliativos en España.

«La gente no se quiere morir. La gente lo que no quiere es sufrir, aseguró Rafael Mota, presidente de la Sociedad Española de Paliativos, que participó también en el acto.

«Un chantaje a los más débiles»

«Es una irresponsabilidad querer ahora legislar la eutanasia cuando hay una insuficiente asistencia médica y académica en los cuidados al final de la vida», abundó en la misma línea el director de la cátedra de Profesionalismo y Ética Clínica de la Universidad de Zaragoza, Rogelio Altisent. La eutanasia y el suicidio asistido, a su juicio, suponen «un chantaje moral a los más débiles de la sociedad».

Podría, incluso, haber motivaciones económicas, apuntó Juan José Rodríguez, presidente de la Comisión Central de Deontología de la OMC. «El 75 % del gasto sanitario se lo llevan los últimos cinco años de vida de la gente», recordó.

Un problema en los debates sobre la eutanasia, a su juicio, es que suelen centrarse en casos «muy raros» que, si se generalizaran y tomaran como norma, perjudicarían a la inmensa mayoría de los pacientes. «Nadie quiere morir si tiene unas condiciones dignas para poder vivir», argumentó

No se trata, sin embargo, de negar la necesidad de un debate. «En las últimas décadas –apuntó– se ha alargado la vida, los progresos de la medicina han sido extraordinarios, pero también se ha alargado el tiempo de agonía porque un buen número de las medidas que se adoptan solo consiguen alargar penosamente la vida de los pacientes y, a veces, incrementar sus padecimientos».

Tan problemático como acabar con la muerte de un paciente es generarle sufrimientos innecesarios por medio del llamado «encarnizamiento terapéutico». Esto se produce cuando «el médico tiene miedo a hablar de la muerte y lo toma como un fracaso profesional», cree Gómez Sancho.

El coordinador del Observatorio de Atención al Final de la Vida de la OMC recordó que esa obstinación es una mala praxis médica a la que se opone el del Código Deontológico, que afirma que «el médico no deberá emprender o continuar acciones diagnósticas o terapéuticas sin esperanza de beneficios para el enfermo, inútiles u obstinadas». Además –dijo– el facultativo «ha de tener en cuenta la voluntad explícita del paciente a rechazar dicho tratamiento para prolongar su vida».

Un problema añadido es la falta de comunicación en estos casos entre médico y paciente. «Si el juez tiene que entrar a pronunciarse sobre una decisión clínica sobre la que el facultativo y el paciente no han logrado ponerse de acuerdo es que algo no se ha hecho bien», aseguró.

Cardenal Blázquez. La eutanasia es una «manifestación de egoísmo»

«La eutanasia no es símbolo de progreso». «La muerte digna es un eufemismo engañoso», pues existen soluciones alternativas como «los cuidados paliativos», dijo el domingo el cardenal arzobispo de Valladolid, durante la celebración de la festividad de san Pedro Regalado, patrón de la ciudad. «No es una buena noticia la aprobación a trámite en el Parlamento del proyecto de despenalización», de esta práctica, que Blázquez calificó de «fracaso» y «manifestación de egoísmo». El presidente del episcopado español se refirió también a las agresiones sexuales contra mujeres. «Ninguna mujer debe ser violentada humillada o instrumentalizada», dijo, lamentando que, «con frecuencia», sean tratadas así por la «prepotencia» de algunos hombres. Como prevención, defendió una mejor educación afectivo-sexual «inspirada en principios de respeto cercanía y de reconocimiento a la dignidad de todas las personas». El cardenal Osoro, por su parte, recordó en Twitter que «solamente Dios es dueño de la vida y de su tiempo. Tu misión es cuidarla y promoverla».