Llega Pedro Sánchez: preocupaciones y oportunidades - Alfa y Omega

Llega Pedro Sánchez: preocupaciones y oportunidades

El abrupto cambio de Gobierno, tras prosperar la moción de censura contra Mariano Rajoy, plantea incógnitas en materias muy sensibles como la educación, la libertad religiosa o la financiación de la Iglesia. Aunque también se abren vías para el entendimiento en cuestiones sociales, de medio ambiente y cuidado de la creación o migraciones y refugiados

Fran Otero
Pedro Sánchez promete el sábado 2 junio su cargo en el Palacio de la Zarzuela. Foto: AFP Photo/Emilio Naranjo

El impacto provocado por la caída del Gobierno de Mariano Rajoy, vía moción de censura en el Congreso de los Diputados, y ascenso al poder de Pedro Sánchez, líder del PSOE, todavía se mantiene casi una semana después. Las expectativas residen ahora en la configuración del nuevo Gobierno, cuyos integrantes se han ido conociendo estos días. También en las primeras medidas que puede tomar, siempre limitadas por los más que insuficientes 84 diputados con los que cuenta su grupo parlamentario.

A nivel eclesial, al margen de la estabilidad, la consolidación del crecimiento económico y su extensión a las capas más necesitadas de la sociedad, o la resolución de los problemas con Cataluña que tienen su impacto en el bien común, el nuevo Gobierno trae consigo preocupaciones en algunos aspectos y oportunidades en otros.

Preocupaciones

Para hablar de las inquietudes sobre el rumbo que puede iniciar el nuevo Ejecutivo hay que acudir al programa con el que Sánchez recuperó la Secretaría General de su partido, imponiéndose a la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz. En el texto se citan asuntos que desde la izquierda se han planteado recurrentemente: la clase de Religión, los Acuerdos con la Santa Sede, la autofinanciación de la Iglesia o la escuela concertada. Cuestiones que, en un principio, no dejan de ser meros brindis al sol pues la representación que ostenta en el Congreso no hace viable modificaciones en este sentido. Además, cabe recordar también que, en cuestiones como las citadas, las palabras siempre han primado sobre los hechos consumados. Fue Zapatero, por ejemplo, el último presidente socialista, quien acordó con la Iglesia la modificación sobre el acuerdo económico, no perjudicial para la Iglesia. Y la batalla dialéctica había sido tensa.

En cualquier caso, la idea de Pedro Sánchez, o al menos así lo plasmaba en su programa, es la de eliminar la asignatura de Religión, pues sostiene que «ninguna religión confesional debe formar parte del currículo y del horario escolar». Prometía, asimismo, denunciar los acuerdos internacionales entre la Santa Sede y el Estado Español; caminar hacia la autofinanciación de la Iglesia, decía, acabando con la posibilidad de que los ciudadanos destinen parte de sus impuestos a la Iglesia a través de la casilla del IRPF; exigir a los centros concertados que sigan los criterios de servicio público escolar y no financiar a la educación diferenciada… En casos como la educación diferenciada o la clase de Religión se topará con los tribunales que están dando la razón a la Iglesia y a los centros en este sentido, como así lo hace la última sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. Sánchez también tiene en mente recuperar una vieja promesa de Zapatero y que quedó en un segundo plano por el estallido de la crisis económica en 2008: una ley de conciencia y de libertad religiosa, que pretende superar la aprobada en 1980.

También se ven con preocupación algunas iniciativas legislativas que ya fueron aprobadas en el Congreso de los Diputados, ahora en tramitación, y que encontrarán en el nuevo Gobierno una mayor receptividad para ser puestas en marcha. Es el caso de la ley que pretende legalizar la eutanasia en nuestro país, propuesta por el PSOE, y que salió adelante gracias a la abstención del grupo parlamentario de Ciudadanos. O la Ley LGTBI, lanzada por Podemos, uno de los grupos que dio su apoyo a Pedro Sánchez en la moción de censura contra Mariano Rajoy.

Consumado el cambio de Gobierno y tras la toma de posesión del nuevo presidente, los obispos, cabeza visible de la Iglesia en nuestro país, han mantenido un silencio prudente. No fue hasta el pasado lunes cuando el cardenal Ricardo Blázquez, presidente de la Conferencia Episcopal, envió una carta de felicitación a Pedro Sánchez en la que muestra la disposición de la Iglesia «para colaborar sinceramente con las autoridades legítimas del Estado con orden al mejor servicio del bien común». En la misiva le asegura, además, oración para que «Dios le conceda su luz y su fuerza en el desempeño de las altas responsabilidades que le encomienda el pueblo español». Responsabilidades que concreta en «el servicio del bien común, la unidad, prosperidad y cohesión social de nuestro país, la paz, la justicia y la libertad».

En esta línea también se manifiesta el arzobispo de Tarragona y uno de los prelados de referencia en Cataluña, Jaume Pujol Balcells, que, en declaraciones a Alfa y Omega, reclama al nuevo Gobierno de España que «acepte la leal colaboración de la Iglesia, en el marco de la respectiva distinción de funciones y del reconocimiento de la aportación del cristianismo a nuestra sociedad y a nuestra cultura; especialmente en su dimensión ética, asistencial, familiar, educativa y hasta patrimonial». Debe respetarse, dice, el principio de subsidiariedad.

Por cercanía, y aprovechando que el nuevo Gobierno de la Generalitat acaba de tomar posesión, reclama «diálogo de buena voluntad» para superar la complicada situación de Cataluña y que este se produzca teniendo en cuenta «a toda la sociedad, no solo a una parte». «La finalidad debe ser definir un marco de convivencia, con respeto a los derechos humanos, que no fomente la división social sino la unidad y la paz; y una política que priorice la atención a las personas más necesitadas», concluye.

Oportunidades

No son baladíes las preocupaciones que genera este cambio de Gobierno, aunque no cabe olvidar que entre sus propuestas o ideas también se pueden hallar puntos de encuentro con prioridades de la Iglesia, propuestas de grupos eclesiales… La acción social es uno de esos campos en los que hay margen para el acuerdo. Con sus matices, pero la propuesta de renta mínima de Sánchez puede acercarse a lo que viene promoviendo Cáritas en los últimos años y que, además, hizo llegar en su momento a todos los grupos parlamentarios. Que se apueste por la creación de un Comisionado contra la Pobreza Infantil, como anunció el lunes el secretario de Organización del PSOE, también es visto como buena noticia. Y así lo confirmó el obispo de Sigüenza-Guadalajara y presidente de la Comisión de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal, Atilano Rodríguez, quien afirmó que «no puedo más que felicitarme y agradecer esta preocupación por los más necesitados y más pobres», informa José Calderero. En particular, en lo que toca a su ámbito, Rodríguez pide al Ejecutivo que no se olvide de las personas que viven en la exclusión para que puedan, en la medida de lo posible, reintegrarse en la sociedad. A nivel general, desea altura de miras, una convivencia pacífica, que se busque el bien común y se respeten los derechos y dignidad de cada persona.

Otro de los puntos de encuentro puede ser la apuesta por la ecología, el cuidado de la Creación en un lenguaje más eclesial. El Ejecutivo de Sánchez tendrá una cartera en la que el medio ambiente y la transición ecológica tendrá mucho peso. En este sentido, la Iglesia viene marcando el paso a escala mundial, sobre todo, gracias a la encíclica Laudato si del Papa Francisco; y, en España, con el Grupo de Ecología Integral promovido por la Conferencia Episcopal Española, con el patrocinio de la Fundación Pablo VI, y en el que participan numerosas entidades eclesiales. Pues bien, este grupo celebra este sábado el II Seminario sobre Ecología Integral en el que abordarán con profesores de universidad, representantes de empresas (Gas Natural, Iberdrola), asociaciones (ECODES, Nueva Cultura del Agua…), partidos políticos (PP, PSOE), medios de comunicación (COPE) y obispos dos de las prioridades medioambientales: el agua y la energía. «Estas cuestiones van a ocupar un espacio cada vez más importante en la sociedad. De hecho, el nombre que suena como ministra de Medio Ambiente [Teresa Ribera] habla del problema del agua con elementos críticos», explica Fernando Fuentes, director de la Comisión de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal.

Se busca que todos estos actores sociales conozcan de primera mano la opinión y la valoración de la Iglesia sobre el medio ambiente, fundamentada en la encíclica del Papa Francisco. Aunque también se quiere generar mayor sensibilidad dentro de las comunidades cristianas.

Habrá también coincidencias en materia de inmigración y refugiados, pues Pedro Sánchez ha manifestado en varias ocasiones que su objetivo es promover en Europa una política común de asilo, migración y refugiados. Y decía: «Es un deber moral acoger y abrigar a aquellas personas que huyen de la guerra y la miseria». Instituciones de Iglesia trabajan desde hace años en este sentido. Podría ser, además, una buena oportunidad para desbloquear la llegada de los corredores humanitarios de Sant’Egidio a España, para lo que solo faltaba el sí del Gobierno. Desde la propia Comunidad de Sant’Egidio desean que la situación avance y, para ello, en cuanto el Gobierno esté formado, comenzarán los contactos.

Son las luces y sombras de un Gobierno que, no se puede olvidar, tendrá poco margen de maniobra debido a los escasos apoyos con los que cuentan en el Parlamento, aunque tiene mecanismos para sacar adelante proyectos propios.