El Papa aclara la polémica (artificial) sobre la intercomunión en Alemania - Alfa y Omega

El Papa aclara la polémica (artificial) sobre la intercomunión en Alemania

«No hubo ninguna frenada», asegura Francisco, sobre la carta enviada por Doctrina de la Fe a los obispos alemanes. El problema es que un debate resuelto a nivel local –el Código de Derecho Canónico contempla la posibilidad de que comulguen cónyuges no católicos en matrimonios mixtos– se complicó al ser trasladado a la Conferencia Episcopal

Ricardo Benjumea
El cardenal Reinhard Marx, con delegados asistentes al Sínodo de la Familia en octubre de 2015

Ni tan novedoso era el planteamiento de los obispos alemanes sobre la posibilidad de que comulguen los luteranos casados con católicos en determinadas circunstancias, ni ha habido «ninguna frenada» con respeto a la primera respuesta de Francisco, en la que –tras las reticencias de siete obispos frente a la propuesta aprobada por más de tres cuartas partes del episcopado alemán– pidió al episcopado germano una respuesta «a ser posible unánime».

Francisco tomó esa decisión tras entrevistarse el 3 de mayo con una representación de los obispos de Alemania. El 25 de mayo, sin embargo, el neocardenal Luis Ladaria, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, les envió –tras consultarlo con el Pontífice– una carta en la que se afirma que «el documento no está maduro para ser publicado».

La misiva se interpretó como una rectificación en toda regla. Muchos de quienes inicialmente aplaudieron al Pontífice ahora le criticaron, y viceversa. Sin embargo, había quedado desenfocada la naturaleza del debate. Eso es lo que aseguró el Papa durante la rueda de prensa en el avión a su regreso el jueves de Ginebra.

La posibilidad de que, «en casos especiales», puedan comulgar los cónyuges luteranos en matrimonio con católicos «no es una novedad» porque «en el Código de Derecho Canónico está prevista», aclaraba el Obispo de Roma, según la traducción de sus palabras de Vatican Insider.

«El Código dice que el obispo de la Iglesia particular, de una diócesis, debe ocuparse de eso. Está en las dos manos. Los obispos alemanes, puesto que habían visto que no estaba claro (algunos sacerdotes tal vez no actuaban de acuerdo con el obispo) quisieron estudiar este tema e hicieron ese estudio, que, yo no quiero exagerar, pero duró más de un año, bien hecho», aseguraba.

«Y el estudio es restrictivo: lo que los obispos querían es decir claramente lo que está en el Código. Yo, que lo leí, dije: “¡Es restrictivo, no es abrir a todos!”. Quisieron hacerlo para la Iglesia local».

La cuestión empezó a enredarse cuando «la cosa se deslizó a la Conferencia Episcopal alemana, pero el Código no prevé esto, el Código no prevé la Conferencia, porque una cosa aprobada por una Conferencia Episcopal se vuelve inmediatamente universal. Y esta fue la dificultad, no el contenido».

A partir de ahí, la historia es conocida. «Enviaron el documento [a Roma], luego hubo dos o tres encuentros, y el arzobispo Ladaria envió aquella carta, pero con mi permiso, no lo hizo solo. Yo dije que sí, que es mejor dar un paso hacia adelante y decir que el documento todavía no está maduro, y que había que estudiar más la cosa. Luego hubo otra reunión y, al final, estudiarán el argumento. Creo que este será un documento de orientación, para que cada uno de los obispos diocesanos pueda ocuparse de lo que ya el derecho canónico permite».

Por tanto, concluye Francisco, «no hubo ninguna frenada». «Cuando visité a la Iglesia luterana de Roma, respondí según el espíritu del Código de Derecho Canónico, lo que ellos ahora buscan. Tal vez no hubo una información correcta. El Código permite que sea la Iglesia particular, no la Conferencia Episcopal. Pero la Conferencia puede estudiar y dar líneas orientativas».