El cardenal Sako pide a los manifestantes de Irak que no recurran a la violencia

El patriarca de Babilonia de los caldeos, el cardenal Louis Raphaël Sako, ha aconsejado a los manifestantes del sur de Irak que «se centren en sus derechos lejos de la violencia y sus consecuencias». Ha asegurado, también, que «es responsabilidad del Gobierno protegerlos y dar respuesta a sus necesidades».

El sur de Irak es escenario, desde el 8 de julio, de multitudinarias manifestaciones en las calles para protestar por el deterioro de los servicios básicos, pobreza y falta de trabajo. El martes, un abogado que ayudaba a los manifestantes fue asesinado por un grupo armado.

Al menos 9 personas han muerto en las calles durante las protestas en ciudades de Basora, Di Qar, Maysan, Nayaf, Babel, Diwaniyah, Kerbala, Kufa y otras áreas del sur, que ya se han extendido hasta la capital, Bagdad.

Hay que «pasar página»

En una carta dirigida a sus conciudadanos al regresar al país tras ser creado cardenal el 28 de junio, el patriarca pide también a todos los políticos que «se reconcilien y pasen página para detener la guerra en nuestro país, que ha destruido a seres humanos y piedras [edificios, ndr]».

Dos meses y medio después de las elecciones del 12 de mayo, pide también que se acelere la formación de un gobierno capaz de «desarrollar una estrategia general que erradique la corrupción y mejore los servicios».

En un nuevo llamamiento a la unidad, Sako afirma que «el país no se puede construir con sectarismo e intereses personales, sino por una ciudadanía completa e igual para todos». Y promete sus oraciones para que «los signos de esperanza superen nuestras preocupaciones y miedos en esta situación tan difícil».

Saludos del Papa a todos los iraquíes

El regreso del nuevo cardenal a su país tras el consistorio extraordinario del 28 de junio se ha retrasado porque permaneció en Italia para participar en el encuentro ecuménico de oración por Oriente Medio del 7 de julio en Bari. Dos ocasiones que —reconoce— hacen que esté «lleno de alegría y hermosos sentimientos».

En ambas ocasiones —cuenta— el Papa Francisco «me ha hecho el honor de transmitir su saludo y su solidaridad a todos los iraquíes, asegurando sus continuas oraciones por la paz, la estabilidad y la prosperidad» del país.

Como ya ha hecho en otras ocasiones, el patriarca Sako suma al sentido propio de su cardenalato —«asumir más responsabilidades hacia la Iglesia universal»— una lectura hacia el interior de su país. Estar más cerca del Santo Padre, asegura, le ratifica en su misión de «servir a mi país devastado y servir a todos sin excepción, igual que el Papa está haciendo en todo el mundo». «Al mismo tiempo, me da apoyo e impulso», añade.

En un país de mayoría musulmana explica, además, que las vestiduras rojas propias de los cardenales «simbolizan el martirio, particularmente en nuestro país, que ha sido probado más de una vez». El rojo es «también un símbolo del amor, que debe inflamar el corazón de la persona que las lleva, para que ofrezca su vida por aquellos que ama incondicionalmente».