La Iglesia Católica de Australia se niega a romper el secreto de confesión en los casos de abusos a menores

La Iglesia Católica de Australia ha rechazado este viernes las leyes que obligan a los curas a denunciar casos de abuso sexual a menores si la información al respecto ha sido obtenida a través del confesionario.

Hace un año, la Real Comisión sobre Respuestas Institucionales al Abuso Infantil recomendó al Gobierno australiano que introdujera una nueva normativa para que se impongan sanciones penales contra aquellos que no denuncien un caso de abuso sexual, incluyendo a los que reciben la información durante la confesión religiosa.

Desde entonces, tres de los ocho estados del país han aprobado leyes que tipifican como delito que los curas no denuncien los abusos sexuales de los que son informados cuando se encuentran en el confesionario, mientras que otros estados han dicho que están considerándolo.

La Conferencia de Obispos Católicos de Australia (ACBC, según sus siglas en inglés) sostiene que violar el secreto de confesión «va contra la fe y la libertad religiosa» y, por lo tanto, «continúa apoyando la retención de la protección del sigilo sacramental en la ley civil», ha afirmado la institución en un informe publicado este viernes.

El secreto de confesión es un «elemento no negociable de nuestra vida religiosa y encarna una comprensión del creyente y de Dios», ha dicho durante la presentación del documento el presidente de ACBC, Mark Coleridge.

Sin embargo, a pesar del rechazo a romper el secreto de confesión, la Iglesia Católica en Australia sí ha aceptado otras recomendaciones de la Real Comisión. Así, la ACBC se ha comprometido a conservar durante al menos 45 años los documentos relacionados con los abusos sexuales a menores o a escribir al Vaticano para pedir que se modifique el código de derecho canónico para que los abusos sexuales a menores sean calificados en él como delitos.