Nueva York y otros estados investigan abusos a menores en la Iglesia - Alfa y Omega

Nueva York y otros estados investigan abusos a menores en la Iglesia

Siguen la estela de Pensilvania, donde en agosto se destapó que más de 300 curas abusaron de mil niños durante décadas

ABC
Protesta de supervivientes de abusos en California

Durante 36 años, Jim VanSickle lo mantuvo en secreto. Su «guía espiritual y amigo», el padre David Poulson, «alguien a quien pensaba que podía acudir con cualquier asunto que tuviera», abusó de él física y psicológicamente. Fue al final de su adolescencia, en una etapa familiar complicada entre los 16 y los 18 años, pero le dejó secuelas emocionales de por vida. 36 años de silencio, dolor, incomprensión, desgarro e injusticia, paliados parcialmente con la investigación de un gran jurado, auspiciada por el fiscal general de Pensilvania, Josh Shapiro, cuyas conclusiones se hicieron públicas hace tres semanas.

El informe derivado de aquella investigación, el mayor y más completo sobre abusos sexuales de laIglesia Católica en Estados Unidos realizado por una institución pública hasta hoy, concluyó que más de trescientos curas habían abusado de alrededor de mil niños en décadas de encubrimiento, por parte de la jerarquía de la iglesia. Mil, aunque probablemente fueron miles, advirtió el propio Shapiro en la presentación del informe. Un trabajo de análisis de documentación y entrevistas a las víctimas que se prolongó durante casi dos años y que ha servido de acicate para que otros estados del país inicien ahora el suyo.

Es el caso del estado de Nueva York, cuya fiscal general, Barbara Underwood, emitió el jueves citaciones civiles a las ocho diócesis católicas de Nueva York para que entreguen los documentos archivados sobre casos de abuso. Además, ha habilitado una línea telefónica gratuita para que víctimas y testigos de abusos puedan romper su silencio.

Prescripción legal

«El informe del gran jurado de Pensilvania arrojó luz sobre actos increíblemente perturbadores y depravados del clero católico, ayudados por una cultura de secretismo y encubrimiento de las diócesis», señaló Underwood. «Las víctimas de Nueva York también merecen ser escuchadas y vamos a hacer todo lo que esté en nuestro poder para brindarles la justicia que merecen». Una filosofía que mueve también la decisión del fiscal general del vecino Nueva Jersey, Gurbir S. Grewal, que dice sentir una deuda «para averiguar si algo parecido [a lo de Pensilvania] ocurrió aquí».

Sin embargo, las investigaciones se enfrentan por regla general al mismo problema que en el caso de Pensilvania: la prescripción legal de los casos. David Poulson, el párroco que abusó de Jim VanSickle, ha acabado enfrentando un juicio por abusos a menores, pero no por el caso particular de VanSickle, que ya había prescrito, sino por otros más recientes. De hecho, es uno de los dos únicos religiosos que han llegado a juicio en Pensilvania de los más de trescientos párrocos señalados por el informe de Shapiro.

El estado de Nueva York tiene uno de los plazos de prescripción más restrictivos. Según la ley vigente, el plazo para que las víctimas de la mayor parte de casuísticas de abuso sexual infantil puedan denunciar por la vía criminal se acaba cuando éstas cumplen 23 años. En casos de violación, no hay prescripción, pero solo para aquellos hechos ocurridos desde 2001 hasta hoy, por lo que es improbable que los casos que se puedan documentar ahora entren dentro de este plazo.

Voces críticas

Una restricción que se ha buscado modificar en varias ocasiones a lo largo del tiempo, pero siempre ha sido rechazada por una mayoría de legisladores del estado. La fiscal general, Barbara Underwood, pidió este jueves que se apruebe la conocida como Ley de Víctimas Infantiles, que permitiría que los afectados puedan presentar una demanda por la vía civil hasta cumplidos los 50 años y por la criminal hasta los 28.

Más allá de Nueva York y Nueva Jersey, otros estados han anunciado el comienzo de investigaciones similares a la de Pensilvania. Así lo han expresado los fiscales generales de Illinois, Nebraska, Nuevo México y Misuri. En este último caso, hay voces críticas con el alcance de la investigación. Su fiscal general, Joshua D. Hawley, anunció hace unos días que dirigirá una «revisión independiente» de los archivos que ha facilitado de manera voluntaria el arzobispo de San Luis, Robert J. Carlson. Es decir, no de todos los archivos existentes. Hawley se ha excusado aludiendo a una teórica imposibilidad de emitir citaciones para la obtención de dichos documentos. El abogado de varias de las víctimas, Nicole Gorovsky, le ha acusado de «permitir al delincuente huir de la investigación».

El despertar de las investigaciones oficiales recoge el testigo que había llevado hasta ahora de forma casi exclusiva el periodismo. La realizada en 2002 por el diario The Boston Globe (y trasladada después al cine en la oscarizada Spotlight) destapó centenares de casos de abuso y encubrimiento en la archidiócesis de Boston. Fue el despertar a una realidad que llevaba décadas amordazada y que ahora, aunque tarde y de manera incompleta, empieza a desembarazarse de las ataduras.

Carlos Pérez Cruz / ABC