El Buen Ladrón. Misterio de misericordia - Alfa y Omega

El Buen Ladrón. Misterio de misericordia

Miguel Ángel Velasco

El Buen Ladrón fue el primer santo canonizado; por el propio Jesucristo en el Gólgota: «Hoy estarás conmigo en el Paraíso». Voz de Papel acaba de editar El Buen Ladrón. Misterio de misericordia: tres centenares de páginas preciosísimas, escritas por el sacerdote canadiense André Daigneault, quien, en el Prólogo, cuenta cómo surgió el libro: «Sucedió que la Providencia, por medio de circunstancias misteriosas, me puso en el camino a un laico francés, Ives Carrer, que llevaba 30 años trabajando para dar a conocer y a amar al Santo Buen Ladrón, y para que se recurriese más a él en la oración». ¿Por qué tiene que ser conocido e invocado el Buen Ladrón? Porque hoy atravesamos una crisis de esperanza. El Concilio Vaticano II respondió a la miseria del hombre actual exponiendo su mensaje a la luz de la Divina Misericordia. Jesús siempre busca a los hijos pródigos, como Dimas, al que del modo más increíble llevó con Él al Paraíso, mientras agonizaba entre los dos bandidos. Los signos de los tiempos sacan a la luz a los santos testigos de la Divina Misericordia; ya estos días, a Juan Pablo II y a Juan XXIII. Precisamente del magisterio de Juan Pablo II, de Benedicto XVI y del Papa Francisco ofrece este libro textos que nos transmiten este mensaje: «La Misericordia Divina puede, en un momento, hacernos pasar del abismo más profundo a la santidad más elevada». Cristo siempre busca al que parece perdido. A usted y a mí también.