Alberto Vera Aréjula: «El reto es acompañar el discernimiento» - Alfa y Omega

Alberto Vera Aréjula: «El reto es acompañar el discernimiento»

Este domingo, junto a la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, se celebra también la Jornada de Vocaciones Nativas. El religioso mercedario español Alberto Vera Aréjula, obispo auxiliar electo de Xai-Xai (Mozambique), afirma que la clave es el acompañamiento y la ayuda para sostener los seminarios

María Martínez López

¿Qué aportan las vocaciones nativas que no tienen los misioneros?
Es muy importante que uno anuncie el Evangelio desde su historia, desde su realidad, desde su cultura, y comprendiendo bien por qué la gente hace las cosas. A veces, los misioneros han llegado a África, Asia o América con bastante etnocentrismo, pensando que el Evangelio se tenía que vivir como en Europa. En esto se ha avanzado, pero siempre traemos nuestra cultura y a veces la confundimos con el Evangelio. Al final, siempre hay un algo que nos falta. Incluso después de 15 años aprendemos cosas nuevas.

Usted ha sido animador vocacional en Guatemala y en Mozambique. ¿Qué funciona y qué no funciona?
No sirve querer captar vocaciones. Tampoco puedes aceptar una vocación interesada. Tanto en Guatemala como en Mozambique he visto muchas vocaciones (de nuestra parroquia aquí han salido unas 40). Creo que la clave es la sinceridad, nuestro testimonio y acompañar a los jóvenes de cerca. En Guatemala, los jóvenes nos veían a nosotros y a los seminaristas, y algunos pensaban que les gustaría conocer más. El seminario siempre estaba abierto para los que quisieran venir a estar con nosotros, y cada dos meses hacíamos un encuentro con estos jóvenes con inquietudes. En vacaciones, podían pasar allí una semana. No todos llegaron a sacerdotes. A algunos les decíamos que no era su camino, o descubríamos que la vocación era más bien de la familia.

¿Cómo se puede ayudar desde aquí?
El problema a veces es de posibilidades. Este año nosotros nos pusimos de límite 18 nuevos novicios porque no tenemos capacidad para más. Es muy necesaria la ayuda económica. Las vocaciones surgen porque Dios quiere, pero hay personas que no pueden continuarla por eso. En Mozambique hay muchas vocaciones, pero bastantes desisten por una deficiencia en el acompañamiento. También hace falta oración, y que siga habiendo religiosos y sacerdotes formados en el Primer Mundo que vengan a servir en estas comunidades. Sobre todo en la formación, porque son Iglesias jóvenes. Yo, con 58 años, soy el sacerdote más mayor de Xai-Xai.

África es el único continente donde aumentan las vocaciones. ¿A qué se debe esto, y qué retos hay?
Hay un factor a tener en cuenta, que es la pobreza: a veces hay una motivación egoísta para ir al seminario, aunque algunos luego descubran una vocación real. Otro motivo es que la Iglesia es la única institución valorada, con peso social, que no está metida en la corrupción; y, además trabaja al servicio de todos. Mucha gente cuya familia no es católica pide el bautismo gracias a este testimonio, que se hace por Jesucristo.

Un reto es dedicar tiempo y personas al acompañamiento para un buen discernimiento. El segundo es acompañar a los sacerdotes jóvenes, porque la pobreza es impresionante y pueden desanimarse. Las comunidades ayudan a los sacerdotes para que puedan comer, y se gasta mucho en gasolina para moverse. Nosotros ya no mandamos a los novicios a Europa, para no desarraigar su formación. En ese momento, la cultura del bienestar puede hacer que dejen de amar su cultura. Algunos abandonaban la orden pero no regresaban a su tierra.