Desde altares medievales - Alfa y Omega

Desde altares medievales

Maica Rivera

Roger Lancelyn Green (1918-1987) reúne con rigor las historias del rey Arturo y las aventuras de sus caballeros. Reconstruye la leyenda que Thomas Malory escribió hace más de cinco siglos en una narración sencilla que convierte el argumento principal en una lectura accesible, especialmente adecuada para los jóvenes. Otro atractivo lo aportan los dibujos originales de Aubrey Beardsley de la edición de 1893 que ilustran esta mimada edición.

«Es la voluntad de Dios que aquel que extraiga esta espada de la piedra y el yunque sea el legítimo rey de Bretaña», anuncia sir Héctor en el más popular pasaje, perteneciente al capítulo I del libro primero. ¿Y qué se propone Arturo nada más lograr la proeza, después de haber «perdonado de corazón» a los escépticos que retrasan su nombramiento (primero hasta la Pascua y después hasta el Pentecostés)? Tras entrar en la Sagrada Orden de la Caballería y ser coronado por el arzobispo, inicia su reinado «juntando fuerzas» con una meta final de «reconstruir las iglesias destruidas y erigir otras nuevas para mayor gloria de Dios». Ahí queda eso. Sin embargo, frente a su imponente figura, hay que destacar la del gran olvidado en nuestro tiempo: sir Perceval de Gales, que aparece en el libro segundo: «Los caballeros de la Tabla redonda» y continúa en el libro tercero: «La búsqueda del Santo Grial». Quedando atrás su apogeo en la Europa medieval, hoy este personaje puede parecer, injustamente, de segunda división, relegado por el más pefecto Galaad o por el más famoso Lanzarote. No ayudan aportaciones como la de Eric Rohmer con el alelado protagonista del filme Perceval, el Galés (1978) que emparenta el carácter inocente de este paladín con la necedad; y fomentan la discreción percevaliana detalles «poco marketinianos» para el siglo XXI como que apenas hallaremos algún encuentro erótico en su historia. No es un héroe dominado por el amor sino por la búsqueda del objeto santo y perdido, como explica siempre nuestro gran experto patrio Carlos García Gual, quien, además, gusta de relacionar a Perceval con el personaje tolkieniano del hobbit Frodo Bolsón en aspectos como la capacidad de sacrificio por los demás y la tenacidad con que vence su aparente vulgaridad y pequeñez. Otro mensaje de Perceval que perdura es que el héroe no tiene por qué ser un noble de valores aristocráticos sino que puede emerger del pueblo, llegar de lo más bajo y ser ingenuo, porque es capaz de aprender y forjarse gran caballero a través de la bondad.

Destaca el imaginario emocionante del capítulo «Las aventuras de sir Perceval». Solo ante el peligro, el protagonista hace la señal de la cruz. Literalmente, «Perceval se arrodilla en la orilla y reza a Dios». Sabemos que «el resto de la noche lo pasa de rodillas, orando».

Ya lo dijo C. S. Lewis: «Algún día serás lo bastante mayor para volver a leer cuentos de hadas». Su discípulo y posterior biógrafo Roger Lancelyn Green lo aplica a «las grandes leyendas: cada época debe volver a contarlas pues siempre hay algo nuevo por descubrir».

El rey Arturo y sus caballeros de la tabla redonda
Autor:

Roger Lancelyn Green

Editorial:

Siruela