Francisco Jesús Orozco Mengíbar: «El programa de un obispo es desprogramarse» - Alfa y Omega

Francisco Jesús Orozco Mengíbar: «El programa de un obispo es desprogramarse»

Francisco Jesús Orozco Mengíbar (Villafranca de Córdoba, 1970) se convertirá el sábado 22 de diciembre en el obispo de la diócesis más antigua –y una de las más pequeñas– de España, la de Guadix-Baza, cuna de grandes santos como san Torcuato, san Francisco Serrano o san Pedro Poveda, depositaria de una tradición espiritual enorme ante la que el nuevo prelado se siente «un enanito». Orozco llega con el aval de una vida sacerdotal en Córdoba llena de importantes cargos pastorales, entre los que destaca el de vicario general, que ocupaba hasta su nombramiento el pasado 30 de octubre

Fran Otero
Francisco Jesús Orozco Mengíbar. Foto: Diócesis de Guadix

¿Le sorprendió el nombramiento?
Sí. Era algo tan inesperado… Me llamó el nuncio para que fuera a verle y me lo comunicó. Era el 15 de octubre, fiesta de santa Teresa de Jesús. Recuerdo que el oficio de lecturas de ese día me consoló mucho, pues esta santa, que es maestra del espíritu me ayudó a acoger este encargo con humildad y con la certeza de que el protagonismo en mi vida es de Cristo y su misericordia.

¿Le costó guardar el secreto hasta que se hizo oficial?
Cuesta trabajo porque es una noticia que necesitas compartir con los más íntimos para que te ayuden, te den luz, pero también es verdad que tenemos al mejor médico y consuelo, que es el Espíritu Santo. Esas dos semanas te ayudan mucho a vivirlo en la amistad con el Señor. Es una historia que no se profana en esas semanas.

¿Cree que le ayudará a llevar a cabo este ministerio los distintos cargos que tuvo en Córdoba?
Lo veo como una acción de la providencia. Los distintos encargos que he tenido me han dado tablas para poder acometer esta tarea de gobierno. Sin embargo, no hay que olvidar que tengo mucho que aprender y que uno no se puede confiar.

Nada más conocerse su nombramiento, pudo estar con el Papa Francisco. ¿Cómo fue ese encuentro?
Fue una experiencia preciosa. Uno ha sido delegado de Juventud y me he recorrido el mundo entero en las JMJ persiguiendo al Papa y siempre le veíamos de muy lejos. Poder tenerle cara a cara, que te mire a los ojos, que te pida que cuides bien a la diócesis, sobre todo a los niños y a los ancianos, ver que está preocupado por la secularización en España. Le agradecí que hubiese confiado en mí.

Llega a la diócesis más antigua de España…
Es una tierra patrimonio espiritual de España y Europa, con grandes santos, mártires y con un episcopologio riquísimo. Para mí esto es una responsabilidad, pues me siento un enanito a hombros de un gigante que porta una antorcha con una gran luz.

¿Lleva algún programa de gobierno a Guadix?
En su despedida de la diócesis, mi predecesor, Ginés García Beltrán, hablaba de cómo había aprendido a ser más religioso en la diócesis y que, en realidad, el programa de un obispo es desprogramarse. Así es, porque el programa es Jesucristo, que es el Buen Pastor que va y conoce a sus ovejas, que está cerca de ellas. Cuando llegue allí y les conozca, veremos lo que hay que hacer. Pero insisto en que el programa es Jesucristo. Tengo muchas ganas de llegar para empezar a visitar toda la diócesis, sus pueblos y parroquias, y a toda la gente que habita en ellas.