Cuatro figuras pintorescas del belén - Alfa y Omega

Cuatro figuras pintorescas del belén

Joaquín Martín Abad
Foto: Joaquín Martín Abad

Decimos «nacimiento» cuando vemos a san José, la Virgen y el Niño, incluso la mula y el buey. Si se añaden ángel, pastores y sus rebaños, reyes con pajes por el camino, lo llamamos «belén». Y si se complementa con escenas consuetudinarias de entonces (palacio de Herodes, peces en el río, horno y panaderos, huerto y labradores) o de cada tiempo (corrales con gallinas, herreros en su forja) o incluso de ahora (niños con cochecitos y niñas con muñecas), el belén, que es crecedero, resulta «todo un belén». Pero hay cuatro figuras pintorescas que aparecen solo en belenes barrocos o napolitanos: el embelesao, el tumbao, las academias y el diablo.

El embelesado: un pastor que se coloca cerca del Niño en el pesebre, no lleva nada en las manos, ni requesón, ni manteca, ni vino, y las tiene en actitud religiosa de admiración. Porque lo único que le interesa, mirando de pie o genuflexo, es contemplar: «¡Ay! del chiquirritín».

El tumbado: no es un pastor dormido o un paisano borracho, sino uno derrengado y tirado por los suelos que simboliza a toda persona caída desde el pecado de origen a quien el Verbo encarnado, Jesucristo, viene a levantar para que, con su gracia, pueda ponerse por sí mismo en pie. Por la conversión, la de: «Yo me remendaba, yo me remendé».

Las academias: figuras especiales en belenes napolitanos –las que más cuestan pues no son figuras vestideras sino enteras– de un mendigo o de un niño casi desnudos; recuerdan a los más necesitados para excitar a la caridad y porque el Salvador del mundo ha venido para evangelizar a los pobres. Como el tamborilero: «Mas Tú ya sabes que soy pobre también».

El diablo: en los napolitanos se le coloca bajo el portal o cerca; algunas veces en una cueva, rojo, feo y retorcido, para significar que, con el nacimiento de Jesús, el Señor, el bien vence no solo al mal sino también al maligno. Y el triste diablo no sale en los villancicos.

Provocación: en estos días en que los belenes de la catedral, del palacio real, y de los monasterios de la Encarnación, Descalzas Reales y Santa Isabel se pueden visitar gratuitamente, busquen alguna de estas figuras hasta encontrarla.