Obispo venezolano: «No perdemos la esperanza de que podamos superar estas dificultades» - Alfa y Omega

Obispo venezolano: «No perdemos la esperanza de que podamos superar estas dificultades»

«Con el nombramiento de Juan Guaidó como nuevo presidente de la Asamblea Nacional ya tenemos una luz que empieza a iluminar», pero «estos últimos días se ha acrecentado la violencia por parte del Gobierno, que todavía quiere sostener al presidente Maduro», denuncia desde España monseñor Juan de Dios Peña, obispo de la diócesis venezolana de El Vigía-San Carlos del Zulia

Diócesis de Córdoba
Foto: Diócesis de Córdoba

¿Cómo es la situación que se está viviendo en Venezuela?
Estamos viviendo unos acontecimientos totalmente inéditos, los que han podido seguir de cerca la situación de Venezuela hasta el mes de diciembre, el pueblo estaba totalmente desesperanzado, no se veía una posible salida. Pero con el nombramiento del nuevo presidente de la Asamblea Nacional ya tenemos una luz que empieza a iluminar. Sabemos que este proceso, esta transición no va a ser fácil porque en este momento el presidente Guaidó que es el presidente de la Asamblea Nacional y el presidente encargado de la República, tiene el apoyo de la Comunidad Internacional, tiene el apoyo mayoritario del pueblo, como lo pudieron seguir el 23 de enero, cuando él convocó a una gran marcha y en todas las ciudades del país salieron multitudes jamás vistas en Venezuela. Sólo falta el apoyo de las fuerzas armadas a quienes él ha estado dirigiendo todo el tiempo un mensaje, incluso están preparando una ley de amnistía para facilitar el retorno de las fuerzas armadas para el apoyo popular. Lamentablemente, estos últimos días han sido muy difíciles porque en Venezuela se está agravando la persecución hacia los manifestantes, hay muchos presos políticos. Lo más doloroso es que hay niños que están detenidos y que han pasado por encima de todas las leyes, pues nosotros tenemos una ley que favorece a los niños, niñas, adolescentes, y eso no se ha tomado en cuenta para nada. Y estamos viviendo esa tristeza. Además, ayer domingo, vimos como un templo fue profanado en plena celebración de la eucaristía, muchas imágenes fueron destruidas, mucha gente fue golpeada es decir, que en estos últimos días se ha acrecentado la violencia por parte del gobierno que todavía quiere sostener al presidente Maduro. Pero aun así, no perdemos la esperanza de que podamos superar estas dificultades. Uno se siente satisfecho al venir a Europa y ver cómo ya muchos están siguiendo de cerca los acontecimientos venezolanos, de encontrarse incluso con muchos sacerdotes y laicos que nos dicen «miren estamos orando por Venezuela». Eso nos llena de muchísima esperanza porque en el fondo sabemos que no estamos solos, que si bien tenemos una carga muy pesada que llevar, unas dificultades que superar, contamos con el apoyo espiritual y sobretodo de que ya conozcan la realidad de Venezuela. Porque antes decían “no, Venezuela es un país rico, en Venezuela no pasa nada, en Venezuela la gente está bien” y la realidad es otra. En Venezuela la gente se está muriendo por falta de alimentación, hay niños desnutridos que no van a la escuela porque se desmallan por el hambre, hay muchas personas que están falleciendo porque no hay medicamentos en los hospitales, es una situación muy difícil. Tenemos la posibilidad de superarlos, Venezuela tiene muchísimo potencial, no sólo el potencial económico sino el potencial humano. Pero sólo esperamos que esta luz que se está viendo al final del túnel, esta oportunidad que se nos está presentando y que muchos lo ven como Dios que nos tiende la mano para salir adelante, realmente nos pueda llevar a construir ese país que todos deseamos.

¿Cómo está siendo el testimonio de la Iglesia?
Nos ha tocado a nosotros como Iglesia motivar a nuestros fieles. La Conferencia Episcopal Venezolana ha sido muy clara desde siempre en sus documentos, nuestra postura ha sido muy firme. En los primeros días del mes de enero estuvimos reunidos la Conferencia Episcopal, y presentamos un documento el día 9, antes de que Maduro se reeligiera por sí mismo, y en el documento fuimos claros con respecto a que sólo reconocemos a la Asamblea Nacional, vemos al presidente Maduro como ilegítimo, porque previamente no habíamos reconocido las elecciones donde él se reelige y la postura de la Iglesia que siempre es esperada por la feligresía, realmente también creó ese ambiente de ánimo, de esperanza, porque nuestros feligreses sienten que no están solos y los que pudieron seguir las imágenes, de las marchas del 23 de enero, se dieron cuenta de que muchas marchas estaban encabezadas por los obispos, por muchos sacerdotes y laicos comprometidos. Yo lamentablemente estaba fuera por compromisos pastorales pero en Roma, me uní a una especie de jornada de oración que se hizo y que concluyó con una breve concentración en la plaza de San Pedro, y en el fondo, aunque uno está fuera su corazón en espíritu está dentro. De hecho, yo les envíe un mensaje a mis sacerdotes para que el 23 de enero acompañaran a la gente.

Y si hay algo que el Papa Francisco nos ha pedido y nos recordaba en la visita ad limina que realizamos los obispos venezolanos a Roma en el mes de septiembre del año pasado, él nos decía: «manténganse cercanos al pueblo» y al final nos decía: «les doy gracias por la resistencia que ustedes han tenido, por la constancia de los que hemos estado allí». Entonces, ciertamente la Iglesia y los grupos de apostolado, los laicos, han estado muy presentes en esta lucha que no es una lucha de fuerzas, nosotros consideramos que esto es una lucha espiritual, de mucha oración pero sobre todo, de mucho testimonio y gracias a las Cáritas tanto internacional con todas las ayudas que han dado a todos los emigrantes, pero también de la Cáritas nacional que con las uñas hemos podido ayudar a muchos hermanos nuestros sobre todo en el tema de salud y un poco en el tema de la alimentación.

¿Cómo puede ayudar el Gobierno de España en esta situación?
La respuesta que nosotros esperábamos era que al igual que lo han hecho los demás países, tanto el gobierno de los Estados Unidos, Canadá, el grupo de Lima y todos los países vecinos nuestros, reconocieron inmediatamente a Juan Guaidó como el presidente de transición para superar esta crisis, el Gobierno de España ha tardado mucho, dio ocho días para reconocer a Guaidó, por supuesto, es seguido por la Comunidad Europea, pero lo que nosotros hemos cuestionado es que no se le puede pedir a Maduro que convoque elecciones porque no es el presidente legítimo. El único que puede convocar elecciones es el presidente Guaidó, pero además, para convocar las elecciones en Venezuela hay que pasar por una reforma total del Consejo Electoral Nacional que hasta este momento está compuesto por personas que están influenciadas favorablemente al gobierno. En este momento, si se lanzaran unas elecciones, ganaría Maduro o a quien pusieran en competencia, entonces, lo que nosotros esperamos no sólo del Gobierno de España y de la Comunidad Europea es que nos apoyen porque hace falta para terminar de impulsar esta esperanza de cambio que tenemos todos los venezolanos.

¿Cómo podemos ayudar los católicos al pueblo venezolano?
Con la oración. Nosotros los obispos cada vez que venimos a Europa llenamos las maletas con medicamentos que nos dan muchas personas pero ya llegará el momento de la apertura del canal humanitario y yo creo que cuando ese momento se dé vamos a necesitar la ayuda sobre todo de medicinas porque necesitamos mucho para poder atender las emergencias porque es triste ver cómo la mayor parte de los niños menores de cinco años ya están en grado alarmante de desnutrición. Y todos sabemos que eso es irrecuperable. Y yo sí considero que todavía estamos a tiempo para poder salvar a muchas de esas criaturas pero esperamos la apertura que ya Juan Guaidó la decretó y esperamos la ayuda humanitaria porque no vivimos una crisis sino que vivimos una emergencia humanitaria y eso, es bueno que se sepa.