Juan de Isasa, el amigo de todos - Alfa y Omega

Juan de Isasa González de Ubieta, religioso marianista, sacerdote, ha fallecido en Madrid a los 78 años de edad, después de unos meses de enfermedad, en los que ha vivido su situación terminal con fe, gran lucidez, fuerza de voluntad y el deseo de facilitar la vida de los que le rodeaban y deseaban su bien. Siempre agradecido por las numerosas muestras de afecto recibidas. Muestras de afecto que han llegado también después de su muerte, desde el mundo iberoamericano de la educación y de la cultura, donde Juan se hizo presente con su buen hacer, su simpatía, su calidez humana, su cercanía y su disponibilidad para cualquier persona que requiriera su actuación, su consejo, o una celebración sacramental. Se le recuerda como un hombre atento, con autoridad moral, capaz de buscar la unión de contrarios, y sacar lo mejor de cada uno.

Juan, educado como religioso a la luz del Vaticano II, ha procurado, a lo largo de su vida, fomentar el diálogo entre la fe y la cultura, tender puentes entre personas de diferentes creencias y posicionamientos eclesiales, acercar a la Iglesia a los alejados y a los alejados a la Iglesia, o por lo menos procurar que desenvainasen sus espadas y se dispusiesen a conversar. En alguna ocasión, en otros tiempos, le tocó ser incomprendido por algunos miembros de la Iglesia que tanto amaba, lo que le hizo sufrir, y purificar su fe.

Juan ha sido un hombre de Iglesia, que no eclesiástico ni clerical, pues era sanamente secular para poder acercar a la Iglesia al siglo presente. Juan era, sobre todo, un creyente en Jesús, un religioso hijo de María, dispuesto a actuar siempre lo que El le dijera.

Juan fue profesor, director, capellán, formador de catequistas. Trabajó 24 años en SM, de 1987 al 2011, desarrollando su labor educativa en el mundo de la literatura infantil y juvenil, en sus primeros años, consolidando colecciones tan prestigiosas como El barco de Vapor y Gran Angular. Posteriormente desempeñó funciones de máxima responsabilidad en la empresa, como consejero delegado y presidente. En sus años como presidente SM se abre al mundo iberoamericano.

Mucha gente recuerda a Juan como el amigo de todos. Amigo de sus alumnos, de sus compañeros docentes, de las catequistas, de las familias, de los que constituyen el mundo editorial, amigos en España y en tantos países, que guardan un recuerdo excelente de Juan.

Dios le haya concedido contemplar su Verdad, su Belleza y su Bondad.

Luis Fernando Crespo