«No podemos lavarnos las manos» ante la trata «si no queremos ser cómplices de este crimen» - Alfa y Omega

«No podemos lavarnos las manos» ante la trata «si no queremos ser cómplices de este crimen»

Francisco clama contra la trata de personas en la víspera de la Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas. «No podemos ignorar que hoy hay esclavitud en el mundo, tanto o más quizás que antes», denuncia el Pontífice en El Vídeo del Papa

Redacción

«La esclavitud no es algo de otros tiempos», ha denunciado Francisco en la edición de febrero de El Vídeo del Papa. Nada más lejos de la realidad. «No podemos ignorar que hoy hay esclavitud en el mundo, tanto o más quizás que antes», ha aseverado el Pontífice.

Y ante esta «trágica realidad, no podemos lavarnos las manos», ha pedido el Santo Padre durante el film. De lo contrario, podríamos convertirnos, «de alguna manera, en cómplices de estos crímenes contra la humanidad».

Para evitarlo, Francisco ha invitado a los fieles a rezar «por la acogida generosa de las víctimas de la trata de personas y de la prostitución forzada y de la violencia».

Jornada contra la trata

El vídeo ha sido lanzado en la víspera de la Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas, organizada por la Unión Internacional de Superiores y Superiores Generales y que se celebrará este viernes 8 de febrero —día de San Josefina Bakhita— con el lema Juntos contra la trata de personas.

En España, esta jornada se vivirá a través de una vigilia de oración para rezar contra la trata de personas. La misma se celebrará en la parroquia Santa María del Pilar de Madrid y pretende poner de manifiesta «la continua fuente de sufrimiento que supone las modernas formas de esclavitud».

La vigilia ha sido promovida por el Grupo Intereclesial contra La Trata y la Comisión Episcopal de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y quiere «denunciar seriamente la complicidad con la que la sociedad tolera y mantiene todo tipo de trata: explotación sexual, laboral, tráfico de órganos, mendicidad, matrimonios forzados, comisión de actos delictivos o cualquier otra forma de explotación».

«Soñamos y trabajamos por un mundo en paz, que sea la casa común donde todos nos sintamos parte de esa gran familia que es la Humanidad, en igualdad. Un mundo donde, por fin, se rompan todas las cadenas de la esclavitud», concluyen.