Ante las elecciones al Parlamento europeo - Alfa y Omega

Votar es un derecho y un deber de todo ciudadano de la Unión Europea. Millones de ciudadanos jóvenes votarán por primera vez: algunos de ellos cursan sus estudios, otros trabajan, pero muchos, por desgracia, están desempleados. Instamos a nuestros jóvenes a hacer oír su voz participando en el debate político y, sobre todo, votando.

Es importante que los aspirantes por primera vez al Parlamento europeo, o los que buscan renovar su escaño, sean conscientes de los daños colaterales de la crisis económica y bancaria que comenzó en 2008. El Papa Francisco ha llamado públicamente la atención sobre la difícil situación de los pobres y vulnerables, de los jóvenes y personas discapacitadas, sin olvidar a aquellos que han sido empujados a la pobreza por la reciente crisis. El número de nuevos pobres está creciendo a un ritmo alarmante.

El mensaje cristiano es de esperanza. Creemos que el proyecto europeo está inspirado en una visión noble de la Humanidad. Los ciudadanos, las comunidades e incluso los Estados-nación deben ser capaces de dejar de lado sus intereses particulares en la búsqueda del bien común.

La Unión Europea se encuentra en un momento decisivo. La crisis económica, provocada por el colapso bancario de 2008, ha tensado las relaciones entre los Estados miembros, ha cuestionado el principio fundamental de la solidaridad en toda la Unión, ha traído consigo el aumento de la pobreza para un gran número de ciudadanos, y ha frustrado las perspectivas de futuro de muchos de nuestros jóvenes. La situación es dramática y, para muchos, incluso trágica. Nosotros, obispos católicos, pedimos que el proyecto europeo no se ponga en riesgo ni se abandone por las dificultades de la presente situación.

Es esencial que todos nuestros políticos, candidatos y todas las demás partes implicadas contribuyamos constructivamente a modelar el futuro de Europa. Todos tenemos demasiado que perder si el proyecto europeo descarrila.

De la Declaración de los obispos de la COMECE