Salid a los caminos - Alfa y Omega

Salid a los caminos

«Cuando el Papa besa las manos a los supervivientes del holocausto judío está besando a la Humanidad herida. No hace falta una encíclica, está utilizando un lenguaje nuevo». Lo aseguró don José María Gil Tamayo, Secretario General de la Conferencia Episcopal Española, durante el Congreso teológico que ha celebrado la diócesis de Coria-Cáceres, con el lema Salid a los caminos, venid a la fiesta. Este encuentro pretendía sensibilizar a la gente de cara al Sínodo que prepara la diócesis para buscar formas de «salir al encuentro con los hombres de esta tierra»

María Martínez López
Un concierto del grupo La voz del desierto, durante el congreso

La Iglesia hoy no puede «hacer lo que hemos hecho siempre, sino salir al encuentro con los hombres de nuestra tierra». Los cristianos «no podemos ser una clase social pasiva en Cáceres, dejarlo todo en manos de otros». El sacerdote extremeño José María Gil Tamayo, Secretario General de la Conferencia Episcopal Española, se mostró tajante durante el VI Congreso Teológico Pastoral de la diócesis de Coria-Cáceres, que se ha celebrado del 5 al 7 de junio.

La edición de este año, que tenía como lema Salid a los caminos, venid a la fiesta, era especial, ya que pretendía sensibilizar a los fieles de cara al Sínodo que está empezando a preparar la diócesis. En el congreso participaron también monseñor Francisco Cerro, obispo de la diócesis, y monseñor Raúl Berzosa, obispo de Ciudad Rodrigo; así como don Melchor Sánchez de Toca, Subsecretario del Consejo Pontificio de la Cultura, y don Fernando Fuentes Alcántara, Director del Secretariado de la Comisión episcopal de Pastoral Social.

Gil Tamayo recordó que «estamos en misión permanente. La evangelización es la razón de ser de la Iglesia». El congreso y el posterior Sínodo permitirán discernir «cuál es el camino que Jesús os pide» para salir a las «periferias que necesitan la luz del Evangelio». En la sociedad actual -explicó-, los medios de comunicación y la conexión continua a ellos hacen que el hombre de hoy pierda interioridad, no soporte el silencio, y tenga relaciones más superficiales.

En esta sociedad, «Dios es apartado a un lado», y «no interesa la verdad». Frente a esta realidad, la Iglesia «no puede quedarse al margen. No sólo se sentiría culpable; es que no estaría cumpliendo su función». Para dar a conocer a Jesucristo, «no basta usar los medios para difundir el mensaje» cristiano, sino que hay que integrarlo en los medios: «No basta meter la encíclica del Papa en los periódicos, sino que hay que meter el Evangelio; hay que manifestar nuestras opiniones en la radio, televisión, prensa; meter nuestro testimonio y no avergonzarnos».

El padre Gil Tamayo, tras su intervención

Lo esencial del Evangelio

Toda la Iglesia debe cambiar el chip: «En todos los campos tenemos que ser más comunicativos: en el anuncio, en la catequesis, en la caridad, en la liturgia, en el ambiente educativo y cultural. Tenemos que preocuparnos todos de si lo que hacemos llega a la gente; no sólo tener una Delegación de medios». Pero, por encima de todo, el Secretario General de los obispos recordó que «nuestra marca es Jesucristo» y que el mejor modo de comunicar es el cariño. Es decir, «lo esencial del Evangelio de siempre, pero para la gente de hoy. Un Evangelio que no se hace cultura, no es Evangelio».

Un claro ejemplo de esta salida a las periferias es el Papa Francisco. Ya en la ponencia inaugural, monseñor Raúl Berzosa, obispo de Ciudad Rodrigo, había citado al Santo Padre y su petición de una «cultura del encuentro. La felicidad es real sólo cuando está compartida. Vivir es ser con los demás, asumiendo responsabilidades comunitarias». Gil Tamayo recordó que, cuando el Santo Padre «besa las manos a los supervivientes del holocausto judío, está besando a la Humanidad herida. Cuando besa a un enfermo, a un niño, no está haciendo teatro, está mostrando la prioridad del Evangelio. No hace falta una encíclica, está usando un lenguaje nuevo».