Ciudadanos de pleno derecho - Alfa y Omega

Ciudadanos de pleno derecho

Ricardo Benjumea

En 1948, los cristianos suponían el 20 % de la población en el actual territorio de Israel y Palestina; hoy no llegan al 2 %, y las difíciles condiciones de vida siguen empujando a los jóvenes cristianos a emigrar. Con distintos matices, la situación se repite en toda la región. Benedicto XVI lanzó por ello un doble llamamiento en su Exhortación postsinodal Ecclesia in Medio Oriente. A los Gobiernos, les pedía respeto a la libertad religiosa, y a los cristianos, que no se dejen recluir en guetos, sino que salgan y trabajen por el bien común.

Ése ha sido uno de los mensajes de Francisco en Tierra Santa, modulado según el destinatario. A su llegada a Amán, ante el rey de Jordania, descendiente del Profeta Mahoma e impulsor, con la Santa Sede, de varias iniciativas de diálogo interreligioso, el Papa recordó que las comunidades cristianas están presentes «desde los tiempos apostólicos» y «contribuyen al bien común de la sociedad», desarrollando «una cualificada y reconocida labor en el campo educativo y sanitario». Y añadió: «Los cristianos se sienten y son ciudadanos de pleno derecho y desean contribuir a la construcción de la sociedad junto a sus conciudadanos musulmanes».

En Belén, el Papa le pidió al Presidente palestino que, en el futuro Acuerdo entre la Santa Sede y Palestina, se incluya «una atención especial a la libertad religiosa», que es «una de las condiciones irrenunciables de la paz, de la hermandad y de la armonía».

La situación es más compleja en Israel, democracia que reconoce la libertad de culto, pero impone severas restricciones de movimiento a los palestinos. Muchos cristianos palestinos han vivido estos días con la frustración de no poder recibir al Papa. De Gaza, por ejemplo, sólo asistieron a la Misa de Belén 35 personas, de unos 600 permisos solicitados. «Los Lugares Santos no son museos o monumentos para turistas, sino lugares donde las comunidades de creyentes viven su fe», le dijo el Papa al presidente Simon Peres.

El obispo de Roma tuvo también varios gestos y palabras de aliento hacia los cristianos de Tierra Santa, y les animó a «ser testigos valientes de la Pasión del Señor, pero también de su resurrección, con alegría y esperanza».