El Evangelio, la fórmula para humanizar la ciudad - Alfa y Omega

El Evangelio, la fórmula para humanizar la ciudad

La mitad de la población mundial vive en núcleos urbanos y éstos son, cada vez más, escenario de grandes contradicciones: muchos recursos, pero cada vez más necesitados; miles de personas y muchas de ellas solas; decenas de iglesias y nadie se atreve a hablar de Cristo. Buscar solución a estos obstáculos y poner en marcha una pastoral más eficaz son los objetivos del Congreso de Pastoral en las Grandes Ciudades que hoy concluye en Barcelona su primera fase

Rosa Cuervas-Mons
Miembros de la Fraternidad franciscana O caminho, junto a gente sin hogar de Campo Grande (Río de Janeiro)

Que al Papa Francisco le preocupa la evangelización en las ciudades quedó claro con su Exhortación apostólica Evangelii gaudium, en la que dedica al menos cuatro puntos a la necesidad de proclamar el Evangelio en las periferias, como «base para restaurar la dignidad de la vida humana, (…) porque Jesús quiere derramar en las ciudades vida en abundancia».

Pero el cardenal arzobispo de Barcelona, don Lluís Martínez Sistach, ya sabía de la preocupación del Santo Padre mucho antes, cuando coincidieron en Roma, siendo los dos cardenales, y trataron sobre este asunto.

Por eso, cuando el cardenal Bergoglio fue elegido Papa, monseñor Martínez Sistach supo que tenía un aliado en esta tarea de reemprender la labor evangelizadora en las, a veces, deshumanizadas ciudades. Nació así el Congreso Internacional de Pastoral en las Grandes Ciudades que, desde el pasado martes y hasta hoy jueves, reúne en Barcelona a nueve ponentes y quince expertos que analizan, entre otras cosas, las formas de vinculación y desvinculación en la gran ciudad, el tejido eclesial y los tejidos urbanos, o el impacto del Evangelio de Jesús en la gran ciudad.

Misericordia

De estos tres días de trabajo saldrán los documentos que el cardenal Martínez Sistach, artífice del encuentro, enviará a obispos y cardenales de grandes ciudades como Tegucigalpa, Bogotá, Bombay, Budapest, Manila, Buenos Aires, Londres, Roma o Río de Janeiro. Todos ellos se reunirán en noviembre en la segunda fase del congreso, también en Barcelona, para poner en común sus conclusiones y elaborar un documento que presentarán al Papa en una audiencia en Roma el 27 de noviembre.

«La fórmula mágica es el amor, lo que tenemos que encontrar es la forma de aplicarla», explicaba en El Espejo, de COPE, el arzobispo de Barcelona, que desea que este Congreso sirva para mejorar, o hacer más eficaz, la labor de la Iglesia en las ciudades. «Misericordia corporal y espiritual. Hay que dar a conocer a Jesús, atender a los que ya lo conocen y vienen a misa y mostrar solidaridad ante la crisis económica como expresión de nuestra fe. La evangelización es eso, anunciar a Jesucristo, que pasó por el mundo haciendo el bien».

Convencido de que las ciudades necesitan «el Evangelio, a la Iglesia y a Dios para humanizarse», el cardenal pone como ejemplo la labor evangelizadora de unos jóvenes de Barcelona que, en plena noche, salen a las calles a invitar a los viandantes a la adoración eucarística que se celebra en una parroquia cercana. «Al principio cuesta, pero luego da mucha fuerza».