Francisco pide lugares donde se acompañe a los jóvenes - Alfa y Omega

Francisco pide lugares donde se acompañe a los jóvenes

«La familia fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer asume una importancia y una misión esenciales», afirmó el Papa en Loreto, donde firmó la exhortación postsinodal del Sínodo sobre los jóvenes

María Martínez López
Momento en el que Francisco firma la exhortación postisinodal Cristo vive en la Santa Casa de Loreto. Foto: REUTERS/Vatican Media

Al concluir el proceso de reflexión sobre Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional que tuvo como punto central en octubre el Sínodo de los obispos, el Papa presentó el lunes a la Virgen María como «modelo de cada vocación e inspiradora de toda pastoral vocacional». Eligió para ello la solemnidad de la Anunciación y el lugar donde, según la tradición, se conservan los muros de la casa de María en Nazaret: el santuario de Loreto. Es decir, tanto el sitio como la fecha del de la Virgen.

En la Santa Casa, el Pontífice celebró Misa, firmó la exhortación y se dirigió a los presentes antes de rezar el ángelus. Con todo, el eco mediático se centró sobre todo en su gesto de retirar la mano cuando varias personas –no todas las que lo saludaron– intentaron besarle el anillo.

El documento, que tiene como título Cristo vive, se hará público el 2 de abril. En ella –adelantaba a Alfa y Omega monseñor Rossano Sala, secretario del Sínodo– se abordarán cuestiones como la sinodalidad, la recuperación en la Iglesia del dinamismo juvenil y la necesidad de escuchar más a los jóvenes y caminar con ellos. Pero, de momento, Francisco se centró en lo fundamental al afirmar que quienes «buscan o se preguntan sobre su futuro pueden encontrar en María aquella que los ayuda a discernir el plan de Dios para sí mismos y la fuerza para adherirse a él».

Un adelanto de las propuestas del Papa fue el deseo que expresó de que el centro Juan Pablo II que existe junto al santuario se relance «al servicio de la pastoral vocacional» en Italia e internacionalmente, y sea «un lugar donde los jóvenes y sus educadores puedan sentirse bienvenidos, acompañados y ayudados a discernir». Por este motivo, pidió a los frailes capuchinos –a los que agradeció sus largas horas de confesionario– que ampliaran el horario de apertura «a última hora de la tarde y también a primera de la noche cuando haya grupos de jóvenes que vienen a orar y discernir su vocación». También propuso que se convoque allí a los jóvenes y las familias para dar continuidad y actualizar lo vivido en los grandes encuentros mundiales.

Francisco también afirmó que «la familia y los jóvenes no pueden ser dos sectores paralelos de la pastoral de nuestras comunidades, sino que deben caminar juntos». Los jóvenes vienen de familias y, en muchos casos, son llamados a formar otras. La pastoral vocacional, por tanto, debe presentar «el rostro de Jesús en sus muchos aspectos»: como sacerdote y pastor, pero también como esposo. De hecho, el Papa destacó que «en la delicada situación del mundo actual, la familia fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer asume una importancia y una misión esenciales. Es necesario redescubrir el plan trazado por Dios para la familia, reafirmar su grandeza y su carácter insustituible al servicio de la vida y de la sociedad».