Francisco subraya ante la Iglesia ortodoxa el ecumenismo de la sangre y de los pobres - Alfa y Omega

Francisco subraya ante la Iglesia ortodoxa el ecumenismo de la sangre y de los pobres

El Papa Francisco pidió hoy a los ortodoxos caminar juntos para servir a los más pobres, durante su discurso al Santo Sínodo, la institución que gobierna la Iglesia ortodoxa búlgara, en su primer día de visita a Bulgaria

Redacción
Foto: Vatican News

Francisco se reunió hoy con el patriarca de la Iglesia búlgara, Neofito, en un nuevo gesto de acercamiento y de diálogo para conseguir la unidad entre los cristianos. Un encuentro en el que por sorpresa participó el exrey Simeón, que también fue primer ministro desde 2001 a 2005.

En su discurso, que no fue televisado, el Papa recordó que «las heridas que a lo largo de la historia se han abierto entre los cristianos, son desgarros dolorosos causados al Cuerpo de Cristo que es la Iglesia».

Y lanzó de nuevo su deseo de que entre católicos y ortodoxos se pueda «volver a encontrar la alegría del perdón y preguntar el día en que, con la ayuda de Dios, podremos celebrar el misterio pa»scual en el mismo altar».

Algo que parece aún muy lejano como ha dejado claro la Iglesia búlgara informando de que no se participaría en actos religiosos, oraciones o liturgias conjuntas con el Papa. Los ortodoxos búlgaros no cooperan en ningún diálogo ecuménico, no forman parte del diálogo teológico internacional católico-ortodoxo ni son miembro del Consejo Mundial de Iglesias y no participaron en el Gran Consejo panortodoxo en Creta en junio de 2016.

Contactos desde el Vaticano II

El Papa argentino, sin embargo, prefirió centrarse en lo positivo. Recordó que este encuentro «tan deseado» es una continuación del que mantuvo san Juan Pablo II con el patriarca Máximo, durante la primera visita de un pontífice en Bulgaria en 2002.

Ya en el Concilio Vaticano II, convocado por san Juan XXIII (que fue el primer enviado apostólico en Bulgaria) participaron representantes de la Iglesia búlgara. Los contactos siguen con las visitas anuales de delegaciones ortodoxas búlgaras al Vaticano, y con la cesión de una iglesia católica en Roma para la comunidad ortodoxa búlgara.

Francisco ha subrayado además su alegría por «la acogida exquisita que aquí dispensan a mis enviados», y por «la colaboración con la comunidad católica local, sobre todo en el ámbito cultural».

Ecumenismo de la sangre y de los pobres

En su discurso, Francisco se concentró en aquellos asuntos que deben unir a las dos confesiones y recordó que fueron muchos los cristianos en este país «que sufrieron por el nombre de Jesús, en particular durante la persecución del siglo pasado», lo que llamó «el ecumenismo de la sangre».

Y también se refirió «al ecumenismo del pobre» al exhortar a católicos y ortodoxos «a caminar y a actuar juntos para dar testimonio del Señor, sirviendo especialmente a los hermanos más pobres y olvidados».

«Mientras muchos otros hermanos y hermanas en el mundo siguen sufriendo a causa de la fe, nos piden que no nos quedemos encerrados, sino que nos abramos, porque solo así las semillas dan fruto», explicó.

También han tenido un gran protagonismo en sus palabras los santos Cirilo y Metodio, cuyo trono visitó después en la catedral ortodoxa de San Alexander Nevsk, y ante el que rezó solo y en silencio. Antes, durante su discurso, había subrayado que las dos características principales de su labor fueron la misión y la comunión. «Su valiente apostolado permanece como un modelo de evangelización para todos», ha asegurado.

El Santo Padre, en este contexto, ha compartido su preocupación por la evangelización de las nuevas generaciones. «Es importante que, respetando las respectivas tradiciones y peculiaridades, nos ayudemos y encontramos modos para transmitir la fe con el lenguaje y las formas que permitan a los jóvenes experimentar la alegría de un Dios que los ama y los llama. De lo contrario se sentirán tentados de confiar en tantas sirenas engañosas de la sociedad de consumo».

Efe / Redacción