La Almudena de los niños - Alfa y Omega

La Almudena de los niños

Unos de los protagonistas del Año Jubilar Mariano que ha vivido la catedral de la Almudena han sido los niños. Además de las habituales visitas de colegios que cada año traen al templo madrileño a más de 10.000 escolares, durante este Jubileo han visitado la Almudena numerosas parroquias que han traído a los niños de catequesis acompañados de sus catequistas y de sus familias

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Foto: CPEE Infanta Elena

«Han sido visitas muy simpáticas –afirma Cristina Tarrero, responsable del Museo de la catedral–. Han tenido un tono más catequético, menos centrado en la parte artística como en las visitas de los colegios. Los niños vienen con sus padres, a veces también con sus abuelos, y luego se quedan con el resto de la parroquia a Misa».

Durante todo el Año Mariano, cada sábado han visitado el Museo y la catedral una media de tres parroquias: «Han sido grupos muy numerosos, de 60 a 70 personas, y en la mayoría han venido los niños que están preparando al Iniciación Cristiana, y por eso las visitas las adaptamos especialmente para ellos», dice Tarrero.

Fernando Fresneda, responsable de las visitas con niños del Museo de la catedral, explica que «para hacer las catequesis con los niños nos dan mucho juego las obras que tenemos de Rupnik, en la sala capitular y en la sacristía. Nos sirven no solo para contar las escenas que aparecen sino para explicar también su sentido y su trasfondo».

«Es muy gratificante ver la reacción de los niños –continúa–, y es muy curioso comprobar cómo se fijan en detalles que a los adultos les pasan desapercibidos. Por ejemplo, en la escena del Descenso de Cristo a los infiernos, son capaces de ver antes que nadie al monstruo de cuyas fauces Cristo rescata a Adán y Eva. Los mayores no lo ven, pero los pequeños lo ven enseguida».

En general, «son visitas muy amenas porque los niños están con sus familias y disfrutan mucho. Aquí les explicamos qué es una catedral, les hablamos de la Virgen de la Almudena, de san Isidro también, aunque muchos los conocen ya, y al final acaban todos subiendo la cúpula y haciéndose fotos juntos con las vistas de Madrid».

Unas capacidades diferentes

Una visita muy especial durante este año ha sido la de los niños con discapacidades intelectuales del colegio de educación especial Infanta Elena. Su profesora de Religión, Gabriela Lescano, preparó con los niños la visita durante los días anteriores, con fichas y materiales didácticos adaptados a las diferentes discapacidades de sus alumnos: «Les enseñamos mediante juegos qué es un mosaico, qué es una casulla, una estola… Y también les conté la historia de san Isidro y de la Virgen de la Almudena. Estuve explicando que es una ermita, una catedral, una parroquia y también qué es el Vaticano, donde vive el Papa. De la Almudena se quedaron con que el cardenal se llama Carlos, así, sin apellido. Hay quien puede asimilar más cosas y otros menos, pero todos siempre al final se quedan con algo».

Días después llegó el momento de dirigirse a la catedral. «Los niños estaban emocionadísimos. Ninguno conocía la Almudena. Una de las niñas pensaba que iba a conocer personalmente a los mismos apóstoles y estaba ilusionadísima. Cuando entramos en el templo, yo destacaría sobre todo su cara de asombro, lo veían todo muy grande y en silencio. “¿Y esto qué es?”, me decían continuamente. Y cuando subimos al altar de la Virgen estaban muy excitados, les encantó. Un niño todo el tiempo decía todo el rato: “Estoy contento, estoy contento”, y sonreía todo el rato. “Se lo voy a contar a papá y mamá”, decía».

María, la guía que llevó a los niños por el museo y por el templo, «estuvo sensacional, porque usó un lenguaje adaptado para ellos. Los niños estaban muy metidos en sus explicaciones, sin distraerse nada. Hasta participaron con preguntas, me sorprendieron un montón», dice Gabriela.

La profesora se siente «muy satisfecha» de la acogida que recibieron y de la actitud de los chavales. Al día siguiente de la visita, siguieron trabajando sobre la actividad realizada: «les regalé a todos una imagen de la Almudena y les di un folio en blanco para que hicieran un dibujo para plasmar su experiencia. Dibujaron el Palacio Real y la catedral, o le dedicaron una frase a la guía que nos acompañó. Y al final del todo acabamos cantando el himno de la Almudena. Se nota que la asignatura de Religión les ayuda y les gusta mucho –de hecho, casi el 100 % de los padres del centro elige esta asignatura para sus hijos–. Si se adaptan los contenidos a su capacidad, ellos responden. Les encantan las parábolas, los sacramentos y, sobre todo, los milagros, que les gustan un montón».