El sol también es una estrella. La única que mira al cielo - Alfa y Omega

El sol también es una estrella. La única que mira al cielo

Juan Orellana
Los actores Yara Shahidi y Charles Melton en un fotograma de la película. Foto: CNS photo/Warner Bros

La directora neoyorquina Ry Russo-Young afronta su quinto largometraje después de haber pasado —¡cómo no!— por las series televisivas. La guionista Tracy Oliver se basa en la novela de la jamaicana-estadounidense Nicola Yoon, conocida por sus relatos de temática young adult. Estamos, pues, ante una obra absolutamente femenina, con ciertos trazos autobiográficos de la novelista.

En Nueva York Natasha Kingsley (Yara Shahidi) trata de convencer a sus padres para que recurran la sentencia de deportación que les obliga a volverse a su Jamaica de origen nada menos que al día siguiente. Por su lado, el coreano Daniel (Charles Melton), que sí vive en Estados Unidos de forma legal, se prepara para estudiar Medicina en una prestigiosa universidad por empeño de sus padres, aunque su deseo es ser poeta. Un encuentro casual –a Daniel le cautiva cómo Natasha es la única que mira al cielo cuando el enjambre humano que le rodea mira al suelo– y un accidente fortuito van a ser el detonante de un romance de incierto futuro.

La película es una historia romántica pura y dura, sin complementos. Combina virtudes y defectos a partes iguales. Por un lado, siempre se agradece una historia romántica con personajes limpios de corazón, sin las turbiedades típicas, por ejemplo, del cine romántico francés. También resulta, si no original al menos oportuno, subrayar los aspectos más dramáticos de la inmigración. Natasha, cuya familia va a ser deportada a Jamaica después de nueve años sin los papeles adecuados; Daniel, que trata de conservar su identidad asiática a la vez que adquirir las esencias del buen americano. Los rasgos físicos de ambos no dejan dudas sobre sus raíces e identidad, pero tienen en común su amor por Nueva York y su admiración por la tierra de promisión. También son brillantes las interpretaciones, en especial la de Yara Shahidi, que parece mucho mayor que sus 19 años reales.

Entre los defectos, destaca el tono pastelón y un poco hortera del romance, así como el exceso de planos urbanos impostados, que quieren ser un homenaje a la ciudad de Nueva York, muy por debajo del que nos ofreció Woody Allen en el arranque de Manhattan.

Lo singular del filme es el enfrentamiento de cosmovisiones. Natasha es de mentalidad positivista, cree que el amor es un mero proceso químico, y que solo existe lo científicamente demostrable. Daniel, por el contrario, cree en el destino, en la serendipia, en el amor a primera vista y en cierta predestinación. Se propone el reto en convencer a Natasha, en menos de un día, de que ella está equivocada. De hecho, casi toda la película ocurre durante una jornada, en la que ella deberá poner patas arriba su forma de ver el mundo.

El sol también es una estrella
Director:

Ry Russo-Young

País:

Estados Unidos

Año:

2019

Género:

Romance

Público:

+7 años