El secreto del amor que dura - Alfa y Omega

El secreto del amor que dura

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Julia y José Antonio celebrarán este domingo en la catedral sus 50 años de matrimonio. Foto: Julia y José Antonio

Julia y José Antonio se conocen desde el día del bautizo de Julita, como él la llama. Él tenía entonces 7 años y ninguno de los dos podía saber que sus vidas quedarían unidas para siempre, hasta el punto de que este domingo celebran sus bodas de oro matrimoniales junto a otros matrimonios que cumplen 25 o 50 años de casados.

Años después, a Julia y a José Antonio les unieron «las prácticas religiosas, y por eso coincidíamos con frecuencia en la parroquia. Eso dio lugar a que, poco a poco, fuésemos sintiendo algo el uno por el otro». Su amor se forjó cuando sus respectivas familias emigraron en busca de una vida mejor, y entonces comenzó para ellos un largo noviazgo de seis años, «muy difícil, sin recursos, y sin móvil como hay ahora…».

Cuando al fin se casaron pudieron descubrir la belleza de las pequeñas cosas de la vida común: «Estábamos juntos y eso para nosotros era lo más grande». Y vinieron los hijos, «cuatro de ellos: dos que están en el cielo y dos que están con nosotros y son la alegría de nuestra vida». La pérdida de sus dos primeros pequeños supuso para ellos «una prueba muy dura» y fue en ese momento «cuando nos refugiamos el uno en el otro de manera especial, y juntos nos unimos en serio a Dios». Después de un cuarto embarazo muy difícil, en el que los médicos les aconsejaron abortar, llegó una niña sana, y José Antonio la bajó en cuanto pudo a esos médicos para decirles: «Aquí tienen a mi aborto».

Confiesan que su secreto para estar juntos 50 años es «trabajar la relación. Nada se nos da hecho. No hay varitas mágicas, y según se trabaja así se logra». Ellos lo han conseguido «no cansándonos nunca de ceder, perdonando», y teniendo en cuenta que «una de las cosas que más hay que cuidar es la comunicación. Hoy los jóvenes se comunican por mail, por WhatsApp, siempre con una pantalla por medio, sin verse las caras, sin oírse, sin sentirse, y eso desgasta, porque se necesita el calorcito del encuentro», afirman. Y, sobre todo, «otra cosa muy importante es la relación con Dios», algo que ellos han cuidado aprovechando recursos como las comunidades de vida cristiana CVX y el movimiento Encuentro Matrimonial, porque «el amor es como una planta, que cuidada mejora con el tiempo».

Antonio y Celia, con sus seis hijos. Foto: Antonio y Celia

Perdón y comunicación

Antonio y Celia llevan recorrido exactamente la mitad, y por eso van a participar en la celebración en la Almudena por su 25 aniversario. Al principio también tuvieron que afrontar la enfermedad de su primer hijo –hoy tienen seis, todos varones–: «Fue un tiempo duro pero lo llevamos con mucha paz», recuerdan.

Su ajetreada vida familiar no les encerró dentro de las paredes de su casa, sino que desde el principio comenzaron a participar en la pastoral familiar de la diócesis. Empezaron a dar cursillos prematrimoniales al año de casarse y desde entonces no han parado: escuelas de padres, cursos de formación afectiva y sexual, y ayudaron a lanzar el Máster en Familia del Instituto Juan Pablo II: «Estamos para servir y no para mirarnos a nosotros mismos».

En la formación que imparten comparten su experiencia y los trucos que han hecho tan fecundo su matrimonio: «Las dos patas del matrimonio son el perdón y la comunicación. Nosotros nos reunimos con otras familias que nos ayudan a vivir nuestra fe y nuestra vida familiar y, al mismo tiempo, reservamos un fin de semana al año para hacer un viaje juntos, y un viernes al mes para para cenar los dos solos. Y, en lo pequeño de la vida cotidiana, nos esforzamos por ceder en las pequeñas cosas y compartimos juntos todas las tareas del hogar».

Como afirman José Barceló y María Bazal, delegados episcopales de Laicos, Familia y Vida, «la Iglesia nos pide que demos nuestro testimonio y lo mostremos al mundo». Eso es lo que harán estos dos matrimonios junto a otros 30 que este año están de aniversario especial, en la Eucaristía que presidirá el cardenal Osoro en la catedral de la Almudena, a las 12:00 horas.