Un sacerdote, detenido por el asesinato de un seminarista en México - Alfa y Omega

Un sacerdote, detenido por el asesinato de un seminarista en México

En su encuentro con el presidente López Obrador, la Conferencia del Episcopado Mexicano mostró su voluntad de poner en marcha nuevas iniciativas para promover la paz social

Redacción
Foto: Hugo Leonardo Vendano

La Iglesia en México ha vivido una semana negra después de que, en solo cuatro días, hayan sido asesinados un seminarista (presuntamente a manos de un sacerdote) y una catequista. La última muerte, la de la catequista, ocurrió el sábado 15 en Acacoyagua, en el estado de Chiapas.

30 catequistas de la diócesis de Tapachula estaban terminando un curso en la capilla de la Inmaculada Concepción, cuando dos hombres jóvenes irrumpieron en el templo y abrieron fuego. Margeli Lang Antonio, una joven, recibió varios tiros y murió casi en el acto.

En una rueda de prensa celebrada al día siguiente, monseñor Jaime Calderón Calderón exigió que «las indagaciones lleguen a dar con los responsables. Nuestra familia diocesana jamás ha de acostumbrarse a estos hechos y mostramos nuestra preocupación y rechazo ante estos signos lamentables de descomposición social y moral de la comunidad humana».

El seminarista asfixiado

Más oscuras todavía son las circunstancias de la muerte de Leonardo Avandaño, seminarista en la archidiócesis de México. El joven fue hallado el 12 de junio en el interior de un coche, con signos de tortura y asfixia.

Sin embargo, la trama se complica porque la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México detuvo el miércoles como sospechoso al párroco de la parroquia de Cristo Salvador, donde Avendaño ayudaba y que fue precisamente quien celebró su funeral. Desde entonces, informaba horas antes la revista Huellas de México, se encontraba en paradero desconocido y había eludido las peticiones de la Justicia para que acudiera a prestar declaración.

Sobre este caso, el secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Alfonso Miranda Guardiola, se remitió a exigir que «siempre se esclarezca la verdad y se actúe en consecuencia».

Encuentro con el presidente

La oleada de violencia, que en 2018 batió récords y este año continúa por el mismo camino, fue una de las cuestiones que los obispos plantearon el lunes al reunirse con el presidente Andrés Manuel López Obrador. En el encuentro, los obispos subrayaron que «el sufrimiento de tantas familias por la violencia y la inseguridad pide con urgencia nuestra colaboración fraterna», asegura el comunicado que hicieron público con posterioridad.

Por ello, el episcopado mostró su disposición a contribuir a la reconstrucción del tejido social y al refuerzo del estado de derecho mediante un Plan de Construcción de la Paz, que «comprende centros de escucha, centros de defensa de los derechos humanos, acompañamiento de las víctimas y talleres de educación para la paz».

El otro gran tema que ocupó la reunión del CEM con López obrador fuer la emergencia migratoria. «La Iglesia sigue ofreciendo sus recursos: 95 diócesis, 10.000 parroquias, más de 130 albergues y miles de agentes de pastoral en todo el territorio, implicados en una misión humanitaria y de defensa de los derechos humanos», enumera el comunicado. Pero también piden «una mayor colaboración conjunta para garantizar la seguridad de los migrantes».