La tele de Chicho - Alfa y Omega

La tele de Chicho

Isidro Catela
Chicho junto a la 'Ruperta'
Chicho junto a la Ruperta. Foto: EFE / Ángel Díaz.

Entre las mamachicho de Telecinco, iconos de una época estigmatizada por la telebasura, y la televisión previa de don Narciso Ibáñez Serrador, hubo algo más que 625 líneas de las de antaño. El hedor de la televisión chabacana, que se extendió en la España televisiva de los 90, sirve como botón de muestra: no todo tiempo pasado (tampoco en televisión), fue mejor. Fue mejor, sin duda, en el caso de la tele de Chicho, porque a los mandos de la orquesta había un hombre con talento, que supo encajar aquí con maestría lo que había aprendido allende los mares.

Con apenas un par de incursiones como director de cine, dejó impronta y creó escuela. De la tele que nos regaló, hay al menos dos programas que llevaremos siempre prendidos en nuestra memoria sentimental. El Un, dos, tres fue el programa total. Cantera inagotable de artistas que aún hoy presumen, de sus inicios con Ibáñez Serrador. Las Historias para no dormir pasaron en poco tiempo de parecer poco más que un divertimento atrevido a convertirse en un objeto de culto.

Descanse en paz, Chicho, y larga vida a aquella parte de su legado que nos hizo mucho mejores, televisivamente hablando.