Un divorciado vuelto a casar no puede comulgar en la comunión de su hijo - Alfa y Omega

Un divorciado vuelto a casar no puede comulgar en la comunión de su hijo

El obispado de Cartagena-Murcia ha publicado un comunicado en respaldo al párroco que, en una circular, antes de una primera comunión, advirtió a los padres sobre las condiciones para recibir la Eucaristía, de la que están excluidos, por ejemplo, los divorciados en nuevas uniones. La carta generó protestas por parte de algunos padres, que, como reacción, propusieron dejar de dar limosnas

Diócesis de Cartagena

1. En relación a la polémica suscitada en el contexto de una Primera Comunión sobre la comunión de las personas divorciadas y vueltas a casar, este Obispado recuerda lo que al respecto dice el Catecismo de la Iglesia Católica en el número 1650: «Si los divorciados se vuelven a casar civilmente, se ponen en una situación que contradice objetivamente la ley de Dios. Por lo cual no pueden acceder a la comunión eucarística mientras persista esta situación, y por la misma razón no pueden ejercer ciertas responsabilidades eclesiales…».

No obstante, el Catecismo de la Iglesia Católica recuerda en el número 1651, que «Respecto a los cristianos que viven esta situación y que con frecuencia conservan la fe y desean educar cristianamente a sus hijos, los sacerdotes y toda la comunidad deben dar pruebas de una atenta solicitud, a fin de que aquellos no se consideren separados de la Iglesia, de cuya vida pueden y deben participar en cuanto bautizados: Se les exhorte a escuchar la Palabra de Dios, a frecuentar el sacrificio de la misa, a perseverar en la oración, a incrementar las obras de caridad y las iniciativas de la comunidad a favor de la justicia, a educar sus hijos en la fe cristiana, a cultivar el espíritu y las obras de penitencia para implorar de este modo, día a día, la gracia de Dios (Juan Pablo II, Familiaris Consortio nº 84)».

2. Con respecto al tema de las limosnas por los sacramentos, la Iglesia ha invitado siempre a los cristianos a sostener sus actividades, pero respetando en todo momento la libertad de los hijos de Dios y las posibilidades de cada persona.