«La verdadera revolución, la del amor, extingue la violencia y genera fraternidad» - Alfa y Omega

«La verdadera revolución, la del amor, extingue la violencia y genera fraternidad»

El Papa ha rememorado su viaje a Mozambique Madagascar y Mauricio durante la audiencia general de este miércoles, donde ha recordado que «el Evangelio es la levadura más poderosa de fraternidad, libertad, justicia y paz»

José Calderero de Aldecoa
Foto: EFE/EPA/Claudio Peri

Unas pocas horas después de haber aterrizado en Roma —este martes a las 19:00—, el Papa no ha querido faltar a su cita de lo miércoles con los fieles en la audiencia general. El encuentro, sin apenas descanso para el Santo Padre, ha dado comienzo a las 09:10 de la mañana y Francisco lo ha dedicado a rememorar su viaje a Mozambique, Madagascar y Mauricio.

«La esperanza del mundo es Cristo, y su Evangelio es la levadura más poderosa de fraternidad, libertad, justicia y paz para todos los pueblos. Con mi visita, siguiendo las huellas de los santos evangelizadores, traté de llevar esta levadura, la levadura de Jesús, a las poblaciones mozambiqueñas, malgaches y mauricianas», ha explicado.

En Mozambique, «fui a esparcir semillas de esperanza, paz y reconciliación en una tierra que tanto ha sufrido» en el pasado «a causa de un largo conflicto armado». Por ello, Francisco instó a los jóvenes «a construir el país, superando la resignación y la ansiedad, difundiendo la amistad social y atesorando las tradiciones de los ancianos»; y «animé a las autoridades del país, exhortándolas a trabajar juntas por el bien común».

En este sentido, ha destacado el importante papel de la Iglesia, que «sigue acompañando el proceso de paz». Este «dio un paso adelante el pasado 1 de agosto con un nuevo acuerdo entre las partes», gracias en gran parte a la Comunidad de Sant’Egidio.

Por último, destacó su visita al Hospital de Zimpeto, construido por Sant’Egidio pero dirigido por una musulmana. Allí «trabajan todos juntos por el pueblo, unidos, como hermanos». Y la Misa celebrada en el estadio local, donde resonó el «”amad a vuestros enemigos” de Jesús, semilla de la verdadera revolución, la del amor, que extingue la violencia y genera fraternidad».

Medio ambiente y justicia social

De su paso por Madagascar, Francisco subrayó su visita a la Ciudad de la Amistad –Akamasoa, fundada por el padre Pedro Opeka. «Allí se trata de unir trabajo, dignidad, atención a los más pobres, instrucción de los niños. Todo animado por el Evangelio». Y allí también «manifesté el deseo de que, animado por su tradicional espíritu de solidaridad, el pueblo malgache pueda superar la adversidad y construir un futuro de desarrollo conjugando el respeto por el medio ambiente y la justicia social».

Del encuentro con las monjas contemplativas, el Pontífice ha subrayado durante la audiencia que, «efectivamente, sin fe y sin oración no se construye una ciudad digna del hombre».

Lugar de integración

La última parte de la audiencia, y de su viaje, tuvo como destino la República de Mauricio, un «lugar de integración» entre diferentes etnias y culturas. «Allí es muy fuerte el diálogo interreligioso y también la amistad entre los jefes de las diversas confesiones religiosas, algo que a nosotros nos parecería raro, pero que ellos viven con naturalidad».

Pero Mauricio también es «una meta turística muy conocida». Por ello, «el Evangelio de las Bienaventuranzas» es «un antídoto contra la tentación del bienestar egoísta y discriminatorio», y «también el fermento de la verdadera felicidad, impregnada de misericordia, justicia y paz».

El Santo Padre concluyó la audiencia alabando el trabajo de los obispos de Mauricio en lo que se refiere a la evangelización de los pobres.