El Papa, al Encuentro Paz sin Fronteras de Madrid: «La fraternidad entre los creyentes une a los pueblos» - Alfa y Omega

El Papa, al Encuentro Paz sin Fronteras de Madrid: «La fraternidad entre los creyentes une a los pueblos»

Líderes de las principales religiones del mundo se dan cita del 15 al 17 de septiembre en Madrid, para impulsar el diálogo y la convivencia en el mundo, junto a intelectuales, políticos y representantes de más de 80 países

Ricardo Benjumea

Es «un momento difícil para el mundo», y el Papa cree que es necesaria la unidad a favor de la paz entre las distintas religiones, junto a los «hombres y mujeres de buena voluntad».

En un mensaje enviado al cardenal de Madrid y a los participantes en el Encuentro Paz Sin Fronteras, Francisco subraya que «la fraternidad ente los creyentes, además de ser una barrera para las enemistades y las guerras, es fermento de fraternidad entre los pueblos».

Hace 30 años –aseguró–, la caída del Muro de Berlín suscitó grandes esperanzas, pero «en estas primeras décadas del siglo XXI hemos presenciado, con gran tristeza, el desperdicio de ese don de Dios que es la paz, dilapidado con nuevas guerras y la construcción de nuevos muros y barreras».

En continuidad con el Encuentro de Asís de 1986

Madrid reúne del 15 al 17 de septiembre a líderes de las principales religiones, convocadas por la Comunidad de Sant’Egidio y por el Arzobispado de Madrid, co-organizadora de la edición de este año, que reúne a participantes de más de 80 países. El Pontífice recuerda que estos encuentros se iniciaron en 1987 para dar continuidad a la «peregrinación por la paz» iniciada por Juan Pablo II un año antes en Asís. «Es una peregrinación que ha recorrido pueblos y ciudades para dar testimonio en todas partes de la fuerza de ese “espíritu de Asís”, que es oración a Dios y promoción de la paz entre los pueblos», asegura Francisco.

El Papa alude como ejemplo de los progresos en el diálogo a la reciente firma durante su viaje a Abu Dhabi del Documento sobre la Fratenidad Humana por la paz mundial y la convivencia común junto al gran imán de la Universidad de Al-Azhar (Egipto), Ahmed Al-Tayeb, principal autoridad académica del islam sunita. En la rueda de presentación del Encuentro Encuentro Paz Sin Fronteras, el presidente de Sant’Egidio, Marco Impagliazzo, desveló el viernes que «Al-Tayyeb conoció al Papa a través de nuestra Comunidad» porque «había participado en varios de estos encuentros en el espíritu de Asís».

La fuerza moral de las religiones

La participación de líderes de distintas religiones en los Encuentros anuales que organiza en distintos lugares Sant’Egidio se ha convertido en su mayor fortaleza. Ante desafíos mundiales como la crisis climática, la hostilidad a migrantes y refugiados, la pobreza o las guerras, la capacidad movilizadora de las convicciones de fe tiene una importancia creciente, como destacaron este domingo en el Palacio de Congresos de Madrid Jeffrey Sachs, asesor de Naciones Unidas para los Objetivos de Desarrollo del Milenio, o el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi.

Previamente, en nombre del gobierno de España, intervino la ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles, una entusiasta del trabajo de Sant’Egidio y amiga de su fundador, el historiador Andrea Riccardi, también presente en el acto. Hubo igualmente representación del Ayuntamiento (la vicealcaldesa, Begoña Villacís) y de la Comunidad de Madrid (la consejera de presidencia, María Eugenia Carballedo).

Recuerdos de Buchenwald… y de Juan Pablo II

La presencia de políticos se completó con el presidente de la República Centroafricana, que agradeció el impulso del Papa y de la Comunidad de Sant’Egidio al proceso de paz en su país. Pero el protagonismo fue, sobre todo, de los líderes religiosos.

Especialmente emotiva fue la intervención de Israel Meir Lau, ex Gran Rabino asquenazí de Israel, quien habló de su experiencia como niño en el campo de concentración nazi de Buchenwald. Prácticamente toda su familia fue asesinada por los nazis. Sobre ello conversó durante su encuentro en 1993 con un Juan Pablo II que le escuchaba con «lágrimas en los ojos». Wojtyla había conocido en Cracovia al abuelo de Meir Lau, también rabino, y durante su visita a Israel pidió perdón por la complicidad de algunos hijos de la Iglesia en el Holocausto. «Qué gran hombre, qué gran líder espiritual», dijo, extendiendo los halagos a líderes políticos árabes (el Egipto Al Sadat y el rey de Jordania) que tuvieron el coraje de buscar la reconciliación con el Israel.

Meir Lau añadió que, cuando le preguntaron qué esperaba de este encuentro en Madrid, respondió que «el resultado es el mismo encuentro, el encuentro de representantes de las distintas religiones y de diversas formas de pensamiento», mediante «personas que dan una oportunidad para encontrar un lenguaje común de amistad y de comprensión».

En línea similar se pronunció el Metropolita Hilarión, «número dos» del Patriarcado de Moscú. «Hoy este diálogo es cada vez más necesario y urgente», dijo, tras dirigir duras palabras contra quienes utilizan la religión para justificar la violencia.

Como máxima autoridad musulmana, participó en la inauguración del Encuentro Paz Sin Fronteras el gran canciller la Universidad de Al Azhar, Mohammed Al-Mahrasawi. En su discurso, aseguró que «el terrorismo no tiene patria ni religión», y comentó el «proyecto de paz islámica» del Corán. Comienza por la paz con uno mismo (la paz interior), se extiende a la familia y a la comunidad y, en un nuevo escalón, alcanza a «los no musulmanes, tanto si viven con nosotros en el mismo país, como si no viven con nosotros». «Por desgracia –añadió– este es el eslabón que falta en algunas escuelas de pensamiento y en muchas políticas actuales».

Intervención del Metropolita Hilarión, «número 2» del Patriarcado de Moscú

El saludo del cardenal Osoro

En nombre de la Iglesia local, les saludó el cardenal de Madrid, Carlos Osoro, invitando a los participantes a «experimentar» estos días que «toso somos parte de la familia humana», una «caravana de hombres y mujeres de diferentes confesiones, personas de buena voluntad», empeñados juntos en «la construcción de la paz, la convivencia, las relaciones fraternas y la búsqueda de la justicia y la paz».

Ante los dramas actuales de «tantas víctimas y guerras olvidadas, refugiados, tantas personas viviendo con miedo, en este encuentro queremos unir nuestras voces a favor de la paz» y «pedimos por la humanidad sufriente».