«La Iglesia es la única institución del mundo que defiende el amor para siempre» - Alfa y Omega

«La Iglesia es la única institución del mundo que defiende el amor para siempre»

Expertos en pastoral con novios se reúnen en Pamplona para reflexionar sobre cómo realizar una mejor preparación al matrimonio

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Foto: Fotolia

Cada vez son menos los novios que deciden casarse por la Iglesia. Solo en los últimos diez años el número de matrimonios canónicos se ha reducido a menos de la mitad, pero «no es una crisis sociológica, es una crisis de esperanza. A los jóvenes les sigue atrayendo un amor para siempre, un amor respetuoso, hermoso y fiel. Pero nos encontramos con chavales que han caído en una especie de cinismo y lo dan por imposible. Sin embargo, la Iglesia es la única institución del mundo que defiende que sí es posible, porque el plan de Dios es ese. Entonces, la pastoral de la Iglesia tiene que ir encaminada a que la gente descubra que ese amor con el que sueñan se puede hacer realidad», explica Lucas Buch, coorganizador de las jornadas Acompañar a los jóvenes en el noviazgo, celebrado la semana pasada en la facultad de Teología de la Universidad de Navarra.

Durante las jornadas, en las que participaron agentes de pastoral familiar, párrocos, delegados de Familia y expertos en educación afectiva, se identificó el emotivismo actual como uno de los principales desafíos del acompañamiento a los novios: «es muy importante entender bien el papel de los afectos, porque hoy el joven es más bien emotivo y se deja llevar por la emoción, a lo que siente, sin pararse a reflexionar en otros elementos de la relación», explica Buch, para quien hoy existe «un analfabetismo afectivo», por el que «la gente no sabe decir qué le pasa, no sabe exactamente qué siente, o bien se identifica exclusivamente con la emoción. Eso lleva entonces a confundir el amor con la emoción y la atracción, y no se va más allá para conocer de verdad al otro».

Todo esto se desarrolla en una cultura ambiente «que bebe de mayo del 68» y que hoy se manifiesta en fenómenos como la pornografía, la disforia de género o el chem sex(uso de drogas para exprimir el placer sexual), pero una vez que se pasa esa barrera «los jóvenes agradecen mucho que se les explique cómo es el amor de verdad», dice el organizador de las jornadas.

Para Buch, es necesario «que se hable claramente del pecado y de la gracia que hace posible este amor que los jóvenes desean», porque no se trata de «un proyecto humano más», sino de algo «que nos supera y que se hace posible porque hemos descubierto el amor de Dios».

En el terreno concreto, durante el encuentro se compartieron experiencias concretas, como las Vacaciones en familia que organiza la diócesis de Getafe, en las que los jóvenes que participaron hace años demandaron más tarde un acompañamiento de novios, lo que luego dio lugar al acompañamiento de recién casados. «Se genera una comunidad que da vida a los jóvenes y les prepara para el amor para siempre, y además se les pide invitar a algún amigo más alejado, porque se trata de cuidar a los de cerca y atraer a los que están lejos«, dice Lucas Buch.

También salió a la luz la experiencia de las Conversaciones con novios, de la parroquia de Santa Eulalia, en Badajoz, un serie de siete conversaciones personales con cada pareja de novios, en una preparación al matrimonio personalizada que hace cercano el anuncio del Evangelio de la familia. O la Autoescuela para novios de las parroquias San Manuel González y Nuestra Señora de Fuente del Fresno, en Madrid, dos sesiones al año en las que los novios profundizan en aspectos de su relación.

«Tenemos que cuidar los grupos de familias y las actividades de familias cristianas», asegura Buch, así como una preparación al matrimonio similar al catecumenado en la que «los que están más alejados puedan recibir un anuncio casi kerigmático, casi desde cero», y desde ahí profundizar en asuntos como el respeto, la comunicación y el perdón, para sanar heridas y echar las raíces de su matrimonio», concluye Buch.