Burgos: combatir prejuicios parroquia a parroquia - Alfa y Omega

Burgos: combatir prejuicios parroquia a parroquia

Ricardo Benjumea
Hilda Vizarro (en el centro), durante una rueda de prensa. Foto: Arzobispado de Burgos

Dos responsables de migraciones en cada parroquia, un extranjero y un feligrés autóctono. Este es el objetivo de la Delegación de Pastoral de Migraciones del Arzobispado de Burgos, y «poco a poco, se va consiguiendo», dice la responsable diocesana, Hilda Vizarro.

Limeña de origen, Vizarro visitó por primera vez la ciudad castellana en 1991, con un grupo de Taizé. Cuando, en 2003 emigró de Perú a España, se trasladó directamente a Burgos, y de inmediato se implicó en la pastoral de la diócesis. Fue nombrada delegada en 2016, y reelegida este año para un nuevo mandato de cinco años, responsabilidad que desempeña como voluntaria, como el resto de «diez o doce personas que colaboran de forma más habitual». Forman un heterogéneo equipo en el que hay participación de Cáritas, la Compañía de Jesús, asociaciones de inmigrantes, una experta en trata e incluso un representante de la Iglesia ortodoxa.

Burgos –dice– es una ciudad con poca presencia de migrantes –apenas un 7,4 %, tres puntos por debajo de la media nacional–, pero «hay muchos tópicos que desmontar, como que venimos a quitarle el trabajo a la gente». Los prejuicios son dobles cuando la persona, además de migrante, es de religión musulmana, motivo por el cual la delegación colabora desde 2008 con la Comunidad Islámica Attaqwa. A lo largo del curso se celebran varias reuniones que culminan en la celebración de unas jornadas en la primavera (van ya once). Para Hilda Vizarro, se trata de un instrumento eficaz para «impulsar el diálogo, mejorar la convivencia» y afrontar necesidades puntuales, como la respuesta unitaria de cristianos y musulmanes ante «los problemas del terrorismo».