Una familia cristiana en las villas miserias - Alfa y Omega

Una familia cristiana en las villas miserias

Álvaro de Juana
Óscar en clase de Catecismo, en la capilla de la Villa Azul.

Las cámaras del director de cine argentino Pablo Trapero intentaron reflejar, en la película Elefante Blanco, la labor de la Iglesia en una de las villas miserias más conocidas de Argentina, Villa Lugano. Pero hay otra, llamada Villa Azul, en la que la archidiócesis de Buenos Aires y el Camino Neocatecumenal realizan, desde hace años, una importante labor de evangelización. Hasta allí acudieron Pedro y Pilar con sus siete hijos. «Después de 20 años de experimentar cómo Dios había actuado en nuestras vidas, sentimos la llamada de ponernos al servicio de la Iglesia, dejándolo todo». Hace algunos años que regresaron, pero no olvidan la «pobreza humana y espiritual marcada por la violencia, el alcoholismo y las drogas». Y explica: «Fueron los mejores años de nuestra vida, viendo cómo aquella gente empezaba a vivir con dignidad por el simple hecho de anunciarles el amor de Dios». El anuncio del kerigma cambió sus vidas «y esto nos sirvió también a nosotros: nos mostró cómo Dios nos amaba en medio de tanta pobreza».

Por otro lado, Óscar, de Colombia y diácono en la diócesis francesa de Dijon, también pasó allí un año de su formación. A pesar de la dureza, guarda simpáticos recuerdos, como «la generosidad de los más pobres, que me daban lo poco que tenían». Recuerda cómo «invitábamos a los niños a Catecismo y, poco a poco, la pequeña capilla se fue llenando», a pesar de que «los adultos tenían sus casas llenas de imágenes de santos, pero no iban a Misa». Algo que le marcó fue la pastoral de enfermos: «Recuerdo a un hombre postrado en una cama con cuatro o cinco gatos a sus pies, en una casa hecha de latas y ladrillos y con un hedor que lo inundaba todo». En esa situación, «me encontré con Jesucristo. Ese hombre, sin saberlo, me enseñaba que siendo pobre y viviendo en la miseria era posible dar gracias a Dios y estar alegre por la visita de un párroco y de un joven seminarista».